Materiales de acceso libre publicados por la Fundación Cuatrogatos (enero-julio, 2022)

 

 

Ilustración de Vicky Ramos (Costa Rica).

 

De enero a julio del 2022, la Fundación Cuatrogatos puso en línea diferentes textos y videos en su plataforma de información digital sobre literatura infantil y juvenil y promoción de lectura.

Agradecemos el apoyo de los autores, ilustradores, críticos, reseñistas y demás colaboradores que nos apoyan para que podamos continuar diversificando los contenidos de nuestro sitio web y del MiauBlog, así como de nuestras páginas de Facebook, Instagram, Twitter, YouTube y otras redes sociales.

A continuación, un listado con algunos de los materiales difundidos durante los primeros siete meses de este año: Sigue leyendo

“Los pequeños macabros”, de Edward Gorey. Serie Libros que desafían el tiempo, por Fanuel Hanán Díaz

“Los pequeños macabros”, de Edward Gorey. Traducción al español del Marcial Souto (Barcelona: Libros del Zorro Rojo, 2014).

Los abecedarios representan una categoría muy vinculada con los libros para niños, quizás una de las más antiguas en el desarrollo de esta industria. Por eso, resulta sorprendente el uso de este molde, muy cercano a lo didáctico, para crear un universo que rompe con los convencionalismos de lo que deben ser un libro dirigido para los lectores infantiles.

Los pequeños macabros, publicado por el estadounidense Edward Gorey en 1963, es un libro alucinante y atrevido. Se trata de una colección de escenas, dibujadas con tinta y pluma a blanco y negro, donde los protagonistas son niños que están retratados justo en el momento de morir en muy trágicas circunstancias. Cada cuadro contiene una puesta en escena muy teatral, que congela ese instante en el que algo va a suceder, dejando a la imaginación del lector el desenlace.

El manejo magistral de las texturas y las escalas de grises aporta una fuerza especial a las ilustraciones, que hacen del negro un elemento protagónico. Espacios surreales y tenebrosos introducen potentes escenografías que recargan cada historia con un halo irreal, como si se tratara de visiones distorsionadas de una mente retorcida. Un innegable humor negro permea este libro, particular y único por su manera de utilizar la infancia como un medio para representar lo macabro.

Personajes indefensos o desprevenidos sucumben ante distintas amenazas: animales salvajes, un veneno, un arma, una enfermedad o un peligro natural. En parte, en estas coyunturas de eventos improbables reside el humor negro de las situaciones, que resultan poco creíbles a pesar de su extrema crudeza.

Edward Gorey (1925-2000) está considerado, por muchas razones, un autor de culto. Entre ellas, porque gran parte de sus libros circularon entre una comunidad cerrada de lectores, porque cada propuesta dentro de la extensa producción de este autor era única, a veces editada en pequeños tirajes y en formatos poco convencionales, además de irrumpir contra todos los convencionalismos. La misma personalidad excéntrica de este creador contribuyó a construir una obra extraña e inclasificable.

Muchos de sus rituales, como asistir con frecuencia al ballet, o de sus gustos, como su fascinación por la época eduardiana, especialmente por la moda, marcaron fuertemente su obra en las poses estudiadas y los atuendos elegantes de sus personajes. En su apariencia personal, Gorey asumió un estilo extravagante por los abrigos de piel y los ostentosos anillos que usaba. Con su estilo gráfico, cargado de elementos góticos y surrealistas, imágenes poéticas y oscuras, soluciones sarcásticas y de humor negro, creó un sello único que ha dejado un impacto en creadores posteriores, entre ellos Tim Burton.

Diferentes influencias nutren la obra de Edward Gorey, lector inagotable y cinéfilo. Los pequeños macabros es un libro que no se agota en una primera mirada y que mantiene un singular poder magnético, ya que es difícil despegarse de sus páginas cuando se han abierto. Muchas cosas seducen a los que exploran el universo particular de este autor, cargado de referencias culturales. Sin embargo, lo que más fascina es su capacidad para detonar infinitas historias a partir de imágenes contundentes de un mundo curioso y terrible que desafía la razón.

——————

Este comentario forma parte de la serie Libros que desafían el tiempo, escrita por el crítico e investigador literario venezolano Fanuel Hanán Díaz, que la Fundación Cuatrogatos acoge periódicamente en este blog. Otras reseñas de esta serie:

Materiales de acceso libre publicados por la Fundación Cuatrogatos (enero-marzo, 2021)

Ilustración de Roger Ycaza (Ecuador).

Sacar provecho de las nuevas tecnologías con el fin de generar y diseminar información relacionada con la literatura para niños y jóvenes y la promoción de la lectura es una de las prioridades de nuestra organización.

Por ese motivo, “alimentar” la plataforma digital de información de la Fundación Cuatrogatos es una tarea a la que concedemos especial relevancia, pues pone al acceso de un amplio público, de forma libre y gratuita, un variado acervo de artículos, estudios, reseñas, entrevistas, podcasts, videoconferencias y textos de ficción (poesía, narrativa y teatro).

Cada mes, diferentes materiales se suman al repositorio de Cuatrogatos. Enumeramos algunos de los incluidos durante el primer trimestre del 2021 y agradecemos a sus autores por autorizarnos, de forma generosa, a compartirlos desde nuestro sitio web, blog, redes sociales y canal de YouTube.

Sigue leyendo

Tres libros sobre libros y lectores

 

Por Javier Gómez

Yo, lector, No solo un libro y Ratón de Biblioteca son tres propuestas para chicos   –publicadas por las editoriales ¡Más Pimienta!, de Uruguay; Océano, de México, y Periplo, de Argentina – que se aproximan, con diferentes intenciones y de distintas maneras, a las relaciones que los seres humanos entablamos con ese maravilloso objeto que el Diccionario de la Lengua Española define, un poco caprichosamente, como “Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen”. (Supongo que estarán de acuerdo en que la definición bien podría prescindir del adjetivo, pues también hay libros de pocas páginas, ¿no?).

Sigue leyendo

¿En dónde está la Caperucita?, un comentario de Angélica María Salas G., desde Venezuela

Desde Mérida, en Venezuela, Angélica María Salas G. nos envió este trabajo realizado para la Maestría en Literatura Iberoamericana que cursa en la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes. Angélica es becaria docente de la Escuela de Letras de dicha institución, donde se desempeña como Profesora del Taller de Literatura Infantil y Juvenil, adscrito al Departamento de Literatura Hispanoamericana y Venezolana.

Cuatrogatos agradece a Angélica su colaboración e invita a aquellas personas que realizan estudios superiores a imitarla, enviándonos trabajos breves sobre literatura infantil que puedan ser difundidos a través de nuestro blog. Quienes deseen enviarle sus comentarios a la autora, pueden escribirle a angelicamsalas@gmail.com

¿En dónde está la Caperucita?

Por Angélica María Salas G.

Dentro de la constante fluidez de las palabras y las ficciones forzadas surgen por momentos preguntas –arrogantes–, una de ellas tiene que ver con la vida secreta de la Caperucita Roja, sabemos que como personaje su vida dependerá de la función cumplida dentro del relato, así en unas será actancial, fática o dramática, pero ocurre que la complicada existencia de la niña la ha llevado a realizar todas las funciones y casi todos los roles luego de concluido el contrato con los Hermanos Grimm, de allí en adelante se le ha visto en ropa ajustada, ligeros trajes, en caperuza verde –o sin nada-, de femme fatale y hasta de heroína. Sigue leyendo

¡Hola!, que me lleva la ola: "peninsular classics and newer American favorites"

Reseña del libro ¡Hola!, que me lleva la ola, de Sergio Andricaín, difundida por Publishers Weekly en Estados Unidos. Esta antología poética, con ilustraciones de Ana María Londoño, fue publicada por Alfaguara en Colombia, dentro de la exitosa colección Nidos para la lectura que dirige Yolanda Reyes.

Hola!, Que Me Lleva la Ola: Rimas, Juegos y Versos
Sergio Andricain / Editor
Ana Maria Londono / Illustrator
Alfaguara Infantil $14.95 (87p)
ISBN 978-958-704-527-7

Andricaín brings together peninsular classics and newer American favorites in this newly available collection of poems, riddles, and rhymes. Ratón Pérez rubs elbows (or perhaps whiskers) with García Lorca and Lope de Vega in a volume that hints at the breadth and wealth of the poetic tradition in the Spanish-speaking world. The sweet pen outline and watercolor illustrations scattered throughout serve to provide a visual focus while allowing the words to feed readers’ imaginations. The end of the book offers brief bios of the authors included. A wonderful way to bring beautiful (and playful) classic voices to the next generation of poetry lovers, and a welcomed offering to children’s Spanish language literature. Recommended for school and public libraries, as well as bookstores.

Reviewed by Anat Shenker, Univ. of California.

Comentario sobre El rey de las octavas, de Emma Romeu

Un personaje singular

Un libro para niños recrea una etapa de la vida del célebre violinista cubano Claudio José Domingo Brindis de Salas

Por Carlos Espinosa Domínguez, Misisipi. Tomado de Cubaencuentro.

Hace pocos días se cumplió el centenario de la muerte de Claudio José Domingo Brindis de Salas Garrido (La Habana, agosto 4 1852-Buenos Aires, junio 2 1911), el célebre violinista cubano. Aplaudido y reconocido en su tiempo como un excelente instrumentista, fue bautizado por un temido crítico alemán como “el rey de las octavas”. Y otro, de Francia, expresó que el violín había sido creado para él. Asimismo en La música en Cuba, Alejo Carpentier, a pesar de que confiesa que se hizo el propósito de no recargar su libro con las figuras de concertistas e intérpretes, reconoce que no puede hacer menos que consagrar “unas líneas a un personaje singular, que constituye un caso sin precedentes en la historia musical del Continente”. Lo califica de “virtuoso excepcional”, aunque admite que sus programas no revelan un gran rigor de criterio en cuanto al repertorio. Sobre ese punto, no obstante, apunta que no se le puede culpar demasiado por haber sido víctima de uno de los males de su época. Y afirma: “Los programas de más de un dios de aquellos días no eran mejores que los suyos. En fin de cuentas, no había usurpado su título de ‘Paganini cubano’”.

Esta significativa efeméride proporciona la oportunidad idónea para comentar un libro que, a pesar de que no es exactamente una novedad, lo amerita. Se trata de El rey de las octavas (Lectorum Publications Inc., Nueva York, 2007), escrito por Emma Romeu e ilustrado por Enrique S. Moreiro. Concebido para el público lector adolescente, propone un acercamiento a la figura del violinista cubano. No pretende ser una biografía, aunque abarca varios años de su vida. Al inicio, la autora dedica su obra “a todos los niños que defienden sus sueños”. Y en ese sentido, El rey de las octavas ilustra la firme voluntad de Brindis de Salas para sacar adelante su vocación musical.

En ese libro, el protagonismo corresponde, como es natural, al músico habanero. No era, sin embargo, la primera vez que el personaje aparecía en la obra narrativa de Emma Romeu. Entre los numerosos títulos de literatura para niños publicados hasta ahora por ella, está la exitosa serie de novelas de Aventuras de Gregorio, de la cual se han vendido ya 100 mil ejemplares y que está integrada por Gregorio y el mar (1996), Gregorio vuelve a México (1998), Gregorio y el pirata (1999), A Mississippi por el mar (1999) y Naufragio en las Filipinas (2000). En el primero de esos libros, un muchacho español amistoso y listo se embarca como grumete en un barco en las Islas Canarias y sale a recorrer los mares del mundo. La travesía lo lleva a La Habana y lo hace vivir diversas situaciones. Entre ellas, se halla la de tener que resolver el robo del violín Stradivarius perteneciente al violinista negro que viaja en el barco. Se trata de Brindis de Salas. La novela concluye con un desenlace feliz, que reúne a Gregorio y sus amigos con el Paganini negro. “Cuando todos se hubieron tranquilizado, el violinista invitó a los niños a una gran comida de arroz congrí, lechón asado y plátanos a puñetazos”. Luego, al despedirse, Brindis de Salas se acercó a Gregorio y le dejó como regalo las cuatro clavijas talladas de su Stradivarius.

El rey de las octavas se inicia cuando Brindis de Salas es un adolescente. Es el día de su primera clase, pero no como alumno sino como profesor. “Desde pequeño, apunta la autora, tocaba muy bien el violín. Su padre le había enseñado y ahora que tenía cumplidos los doce años ya había compuesto varias contradanzas. Una de las piezas musicales se la dedicó a una jovencita de pelo rizo y boca pulposa, igual que él, a quien conoció cuando atravesaba el mercado camino a los ensayos. Sin embargo, nunca pudo interpretar aquella música para que ella la escuchara, porque sus dueños se la llevaron a la casona colonial del ingenio azucarero como lavandera. La chica era una esclava”.

En la clase que va a empezar a dar, tendrá como alumna a una niña de bucles rubios, hija de un vizconde. La madre ha decidido que, como cuando empieza la zafra su esposo pasa más tiempo ocupándose del ingenio, ella podrá ocuparse de que, de lunes a viernes, la hija practique el violín. Pero el regreso anticipado del vizconde da al traste con sus planes: por voluntad de él, la niña tendrá otro profesor. Secretamente, ella le hace llegar una carta a Brindis de Salas, donde le cuenta: “Mi madre trató de convencer a mi padre para que permitiera tus clases, pero él siempre le respondió lo mismo: que una niña de mi color no puede tener un maestro del tuyo. ¡Qué rarezas de la gente mayor! Como si la música tuviera color”.

En pocas páginas, Emma Romeu cuenta cómo Brindis de Salas logró materializar su sueño de estudiar en el Conservatorio de París. El día que pasó el examen de admisión, entre el público se hallaba una jovencita rubia que iba acompañada por su prometido. Cuando él terminó de tocar, la muchacha le lanzó una flor y le gritó en español: ¡Viva Claudio! Era la vizcondesita, su antigua alumna, quien después de que su padre murió pasó a vivir en París con su madre. Su novio era bailarín y ahora ella estudia danza. “Claudio se despidió de ellos con verdaderas muestras de simpatía. Tal vez volverían a encontrarse algún día en los grandes escenarios”.

Es obvio que El rey de las octavas está animado por un propósito didáctico, dar a conocer al público lector al cual se dirige la figura de Brindis de Salas. Ese objetivo la autora lo cumple sin desembocar en el didactismo, ni incurrir en el error de convertir la literatura en una extensión del colegio. Asimismo es un acierto el haber limitado la narración a una etapa específica de la vida del violinista cubano. Eso además dio a Romeu la posibilidad de incorporar la ficción, a partir de una anécdota que si bien no es real, bien pudo haber ocurrido. El libro se lee así como un cuento, pues posee la necesaria dosis de amenidad para captar la atención de los adolescentes.