Revisando papeles viejos, dimos con este coqueto volante color rosa impreso en Bogotá, Colombia, a principios de 1999, por la asociación Taller de Talleres. Fue un material de lectura que se repartió en las escuelas públicas y privadas de la ciudad con motivo de la jornada Anzuelos para pescar lectores, que esa organización llevó a cabo con el apoyo del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá, la biblioteca Luis Ángel Arango, la Biblioteca Nacional de Colombia y la editorial Magisterio.
Aquí les transcribimos el texto:
Un libro es una ventana
Estar con un libro abierto en las manos es asomarse a una ventana que nos permite contemplar muchos paisajes. Pero lo mejor de todo es que a medida que recorremos las páginas del libro, lo que estamos leyendo se vuelve realidad: podemos caminar por las cumbres nevadas de una cordillera, adentrarnos en lo más profundo de la selva, pasear por una ciudad de edificios altísimos, navegar por un río al que no se le ve la otra orilla, paralizarnos de terror al borde de una cascada o visitar un lejano asteriode donde viven un niño y una flor.
Estar con un libro abierto en las manos es asomarse a una ventana que nos permite contemplar muchos paisajes. Pero lo mejor de todo es que podemos hacernos amigos de los personajes que habitan las historias. Podemos estar dentro del vientre de una ballena ayudando a Pinocho a buscar la salida, perseguir un conejo blanco en compañía de Alicia, comernos la casita de chocolate junto con Hansel y Gretel hasta quedar repletos, divertirnos con Matilda entre montañas de libros en la biblioteca de su pueblo o salir de paseo muy tiesos y muy majos con Rinrin Renacuajo.
Estar con un libro abierto en las manos es asomarse a una ventana que nos permite contemplar muchos paisajes. Pero lo mejor de todo es que podemos encontrar respuestas a las miles de cosas que queremos saber: por qué los murciélagos no chocan cuando vuelan en la oscuridad, de qué está hecho el Sol, cuál es el animal más grande del mundo y cuál el más pequeño, cómo se reproducen las hormigas, quién inventó los números, será que las plantas escuchan lo que hablamos o qué fue primero: el huevo o la gallina.
El universo es inmenso y los libros son ventanas que permiten conocerlo y habitarlo, poco a poco, libro tras libro.
Taller de Talleres
Bogotá, Colombia
1999