Quizás a algunos adultos que se han interesado por la literatura para niños y jóvenes en los años más recientes el nombre de Carmen Kurtz no les diga mucho. Pero para quienes disfrutamos en la década de 1960, como lectores infantiles, de los dos libros emblemáticos de esta autora española –Oscar, cosmonauta y Oscar espía atómico, publicados respectivamente en 1962 y 1963 por la editorial Juventud– su recuerdo es imborrable.
El pasado 18 de septiembre se cumplió un siglo del nacimiento en Barcelona de Carmen Kurtz, cuyo verdadero nombre era Carmen de Rafael Marés. Carmen era descendiente de emigrantes catalanes que vivieron en Cuba, México y Estados Unidos. Aunque publicó también libros como Color de fuego (1973, ganador del premio Lazarillo), Chepita (1975), Fanfamús (1982) y Brun (1895), su mayor aporte a la literatura infantil de su país fue el intrépido personaje de Oscar, quien protagonizó, además de las novelas ya mencionadas, otras muchas, como Oscar y el Yeti (1964), Oscar y Corazón de Púrpura (1965), Oscar, espeleólogo (1965), Oscar y los hombres-rana (1967), Oscar y los Ovni (1967), Oscar, agente secreto (1968), Oscar en el Polo Sur (1969) y otras.
Sobre su personaje, escribió Kurtz: “No hace falta presentar a Oscar. Ya sabemos que es un chico cualquiera de un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera”. Imposible no mencionar, si se evoca a Oscar, a la oca Kina, su inseparable mascota y compañera en tantas aventuras. Con esta amena serie, Kurtz introdujo escenarios y temáticas inéditas en la literatura española de su época.
Dentro de la literatura para adultos, la escritora obtuvo importantes premios con libros como Duermen bajo las aguas (1955), El desconocido (1956), En la oscuridad (1953) y Cándidas palomas (1975). Carmen Kurtz falleció en 1999.