Un mundo de historias
Por Janina Pérez de la Iglesia
¿Cuántas veces, de niño, te perdiste en el asombroso bosque de un libro? ¿Cuántas veces creaste una realidad paralela tan solo de tinta y de papel? ¿Cuántas veces fuiste héroe, bombero, astronauta, policía tratando de imitar la línea narrativa de una historia? No existe nada que pueda compararse con el poder de la imaginación de un niño. Es imparable, desbordada, auténtica, riquísima. No posee riendas, cauce, conceptos que sirvan de restricción. Un niño, creciendo en un entorno amoroso y comprensivo, querrá por naturaleza, por curiosidad, por puro deseo de jugar, acercarse a los libros. En edades tempranas esta atracción ejerce todo su poder a través de los colores, el niño comienza a interactuar con la historia a través de las imágenes y una ilustración se convierte en el juego de descubrir personajes, situaciones, desenlaces. Poco a poco el mundo de las formas va conduciendo al mundo de las palabras, del lenguaje, construyendo y aportando a la identidad del niño. Sigue leyendo