Pequeño Azul y Pequeño Amarillo (Little Blue and Little Yellow), publicado por primera vez en 1959, es un libro extraordinario e innovador en su estilo gráfico. La historia de cómo surge esta obra también resulta muy curiosa, ya que nace como el intento espontáneo de un abuelo desesperado por aquietar a sus dos nietos intranquilos durante un viaje en tren. En sus memorias, Leo Lionni (1910-1999) cuenta cómo inventó el núcleo de este relato utilizando una revista que tenía a la mano y que le sirvió como materia prima para desarrollar la historia a partir de recortes de papel.
Dos amigos, Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, emprenden una aventura que los lleva a transformarse en un nuevo color. Al abrir las páginas de este volumen, sorprende enormemente el manejo de recursos esenciales. La página en blanco se convierte en un lienzo donde se distribuyen sabiamente manchas de colores en papel rasgado, técnica que improvisó el artista y que luego perfeccionó para desarrollar su primer libro para niños.
El diseño gráfico se convierte en protagonista en los trabajos de Lionni, quien, en el momento de su vida en que comienza a incursionar en la literatura infantil, había logrado ya una exitosa carrera como diseñador y había trabajado como consultor para importantes revistas y museos. Su temprana formación en arte y el hecho de haber heredado importantes influencias en una familia de artistas, marcan también, definitivamente, su estilo sofisticado, elegante y minimalista.
A pesar de su sencillez, las obras de Lionni desarrollan conceptos visuales muy sofisticados. Pocos elementos, distribuidos en el espacio, sirven para crear personajes entrañables y escenarios deslumbrantes. El mar, el interior de una cueva o una charca ofrecen vastos universos para que sucedan eventos extraordinarios.
Pequeño Azul y Pequeño Amarillo es inusual porque rompe con una tradición figurativa en la ilustración de libros infantiles. Aquí, el abstraccionismo geométrico sirve como molde para contar una historia que gira alrededor de las emociones y la amistad. Incluso se presentan conceptos relacionados con la infancia, la familia y la escuela a partir de formas geométricas que sirven para construir personajes y escenarios.
El núcleo de las historias de Lionni es luminoso, y sus personajes persiguen la felicidad colectiva y alcanzan un crecimiento emocional. Pequeño Azul y Pequeño Amarillo logran fusionarse y revelar que la amistad y el amor son procesos que alimentan la personalidad. Damos una parte de nosotros y recibimos algo de las personas con quienes interactuamos.
Sin duda, este y otros títulos de Lionni contribuyeron a transformar el discurso para la infancia con su lenguaje sofisticado y sutil. Lo más esencial que nos entregan sus obras puede resumirse en una frase como esta: todos tenemos el inmenso poder de cambiar el mundo, por muy pequeños que seamos.
Aunque el artista comenzó tardíamente su carrera como autor de libros para la infancia, ganó cuatro menciones de honor en la Medalla Caldecott (Paso a paso, 1961; Nadarín, 1964; Frederick, 1968; Alexander and the Wind-up Mouse, 1970) y abrió nuevos territorios visuales en el diseño y la narrativa de las obras de este género. Sus formas sencillas, su apuesta por la síntesis, el uso de fondos nítidos, colores vibrantes y cuidadosas composiciones nutrieron, con una nueva aproximación estética la edición infantil.
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Con la publicación de este texto damos inicio a la serie Libros que desafían el tiempo, escrita por el crítico e investigador literario venezolano Fanuel Hanán Díaz. Con periodicidad quincenal iremos incorporando a nuestra plataforma de información digital sobre LIJ y promoción de lectura otras reseñas de esta serie. La Fundación Cuatrogatos agradece al autor su valiosa colaboración.
Excelente reseña, gracias por mostrarnos la historia de los libros que tanto no gustan. Felicidades.
Excelente reseña de Fanuel H. Díaz. Precisa, justa, siempre centrada en la obra a la que se refiere. Esperaré la próxima con ansiedad.
Carlos Silveyra