En Miami, “la poesía tiene la palabra” este fin de semana

Lleny Díaz, Carlos Pintado y María Elena Espinosa leerán sus versos en “Tres poetas, tres poéticas” este sábado 10 de junio a las 8:30 p.m. en Aretefactus Black Box.

Tomado de Diario Las Américas

La literatura tomará por asalto West Kendall este fin de semana cuando Artefactus Cultural Project y la Fundación Cuatrogatos ofrezcan al público dos eventos de gran interés. El sábado 10 de junio, a las 8:30 p.m., los destacados autores Lleny Díaz, María Elena Hernández y Carlos Pintado compartirán sus versos en la lectura Tres poetas, tres poéticas. Y el domingo 11, a las 5:00 p.m., los escritores y cineastas Oneyda González y Gustavo Pérez Fernández se acercarán a la figura del escritor Severo Sarduy (1937-1993) para recordarlo en el trigésimo aniversario de su muerte con la presentación de un libro y un documental titulados Severo secreto.

Ambas actividades tendrán lugar en el Black Box de Artefactus (12302 SW 133rd Ct, Miami, FL 33186), como parte de la muestra Queer Showcase que presenta esta organización a partir de esta semana.

La poesía tiene la palabra

“El público que acuda a esta lectura encontrará Poesía, Poesía leída con Espejuelos porque ya se necesitan Espejuelos para leer Poesía y para hacer Poesía. Encontrará equivocaciones, certezas, intercambios, palabras, muchas palabras que espero llenen ese momento de sentido y disfrute y nos aleje a todos de Facebook y los canales de noticias por un rato”, anuncia Lleny Díaz, una de las protagonistas de la lectura Tres poetas, tres poéticas, quien ha publicado obras como Placenta colectiva (2016) y Se miran los caballos (2018). Sigue leyendo

“Apuntes sobre la censura de autores y libros de literatura infantil y juvenil en Cuba (1960-1985)”, por Sergio Andricaín y Antonio Orlando Rodríguez

Navidades para un niño cubano. Cubierta de René Portocarrero. (La Habana, Dirección General de Cultura, Ministerio de Educación, 1959).

Me aplastan y vituperan
repitiendo no sé qué aberrante resolución que me atañe.
Me han sepultado.
(Reinaldo Arenas, Voluntad de vivir manifestándose)

A manera de pórtico

En La Habana de 1937, la autora Emma Pérez dio a conocer un libro de poemas para niños titulado Niña y el viento de mañana. Vinculada a la corriente de la poesía social que, dentro de la poesía para adultos, habían cultivado autores de la isla como Regino Pedroso y Nicolás Guillén, esta obra denunciaba la pobreza, la discriminación y la desigualdad de los grandes sectores desposeídos en la Cuba de aquellos años.

Nada impidió a Emma Pérez, quien por entonces trabajaba como mecanógrafa en la Universidad de La Habana, escribir su libro, publicarlo en los Talleres de P. Fernández y Ca. –pagando ella la edición– y difundirlo, del mismo modo que nadie le impedía participar activamente en la defensa de la República Española y apoyar las reivindicaciones del movimiento sindical. Sigue leyendo

Palabra Viva Weekend 2020 en versión virtual el sábado 30 y domingo 31 de mayo

La Fundación Cuatrogatos anuncia la cuarta edición de su evento anual Palabra Viva Weekend, que esta ocasión −debido a la imposibilidad de realizarlo en espacios públicos de Miami por las restricciones que impone el Covid-19− se ofrecerá por streaming los días sábado 30 y domingo 31 de mayo de 2020, a las 7:00 p.m. (hora estándar del este en Estados Unidos). Las actividades podrán ser disfrutadas a través de la cuenta de Facebook y del canal de Youtube de la Fundación Cuatrogatos.

Este año Palabra Viva Weekend se enmarca en las celebraciones por el vigésimo aniversario de la Fundación Cujatrogatos y cuenta con el apoyo de ArtesMiami, la prestigiosa organización cultural presidida por la Dra. Aida Levitan.

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“Buena literatura a secas”: Carlos Espinosa Domínguez comenta los más recientes libros publicados por Antonio Orlando Rodríguez

Antonio Orlando Rodriguez Abuelita Milagro Por Carlos Espinosa Domínguez

En 1975, un muchacho que estaba por cumplir diecinueve años, decidió retocar un libro de cuentos para niños escrito por él tres años atrás. Desde pequeño, como él ha recordado, le gustaba inventar historias o bien hacer versiones de aquellas que conocía a través de los libros y los programas de radio y televisión. Probó suerte también en la pintura, en los títeres y hasta en el cine, con unas películas que dibujaba en tiras de papel de pergamino y que luego ponía en un proyector. Pero acabó por darse cuenta de que lo que mejor se le daba era escribir.

Aquel muchacho flacucho y con espejuelos, ya digo, retocó ese texto escrito por él a los dieciséis años, le añadió un par de episodios, lo pasó a máquina y lo mandó al Concurso 26 de Julio. Me imagino que debe haber recibido tamaña sorpresa cuando le notificaron que había ganado el premio en la categoría de literatura para niños. A propósito de ello, el hasta entonces novel escritor contó lo que aquí reproduzco: “Mirta Aguirre, quien presidía el jurado, estaba convencida de que el autor de la obra era un anciano, a causa de los refranes y tradiciones antiguas que se recrean en sus páginas, y se quedó de una pieza cuando, la noche de la premiación, vio a un jovencito subir al escenario a recoger su diploma”.

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“La sed del último que mira”, antología personal del poeta Carlos Pintado

Carlos Pintado

Por Chely Lima

Cuando Carlos Pintado me pidió que lo presentara en esta oportunidad en la que está trayendo para nosotros una flamante antología de sus poemas, lo primero que me pregunté fue: “¿Tiene sentido seguir leyendo poesía?” Yo, que la escribo a ratos y cada vez menos, me pregunté: “¿Para qué sirve la poesía?”.

Y bueno, encontré una respuesta plausible. Muy contemporánea.

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Por qué no prestaría el libro “Los helados invisibles y otras rarezas”

Losheladosinvisibles

Por Iliana Prieto

Los helados invisibles y otras rarezas, del autor cubano Antonio Orlando Rodríguez, publicado por Ediciones SM en México con ilustraciones de la argentina Cecilia Varela, es uno de esos libros poco comunes, casi insólitos, que cuando tenemos la suerte de encontrarlos se convierten en un tesoro de colección. Sí, no exagero. Es una rareza, como su propio título lo indica, y está repleto de sugerencias invisibles, pero que intuyes y descubres mientras lo lees.

Para el lector niño es un acercamiento lúdico al lenguaje y una forma divertida y única de encontrarse con el misterio de la poesía. Algunos poemas están escritos con rima; otros, sin ella… Todos, con la agudeza de este autor excepcional. Las ilustraciones son otra joya: inspiradas, humorísticas y con detalles que juegan con los textos y su atmósfera.

Yo no prestaría Los helados invisibles y otras rarezas porque siempre tendría miedo de perderlo. Pero lo recomiendo con la certeza de que habrá muchos como yo, asombrados de tanto ingenio, imaginación e inteligencia en un libro de apenas una treintena de páginas.

Si me preguntaran cuál es mi poema preferido, me costaría mucho elegir. Pero quizás hay uno que leo y releo desde que tengo el libro: “La gota”. Les adelanto el final:

¿De quién será la mano abierta
donde reposa esa gota insondable
que nos contiene?