“Apuntes sobre la censura de autores y libros de literatura infantil y juvenil en Cuba (1960-1985)”, por Sergio Andricaín y Antonio Orlando Rodríguez

Navidades para un niño cubano. Cubierta de René Portocarrero. (La Habana, Dirección General de Cultura, Ministerio de Educación, 1959).

Me aplastan y vituperan
repitiendo no sé qué aberrante resolución que me atañe.
Me han sepultado.
(Reinaldo Arenas, Voluntad de vivir manifestándose)

A manera de pórtico

En La Habana de 1937, la autora Emma Pérez dio a conocer un libro de poemas para niños titulado Niña y el viento de mañana. Vinculada a la corriente de la poesía social que, dentro de la poesía para adultos, habían cultivado autores de la isla como Regino Pedroso y Nicolás Guillén, esta obra denunciaba la pobreza, la discriminación y la desigualdad de los grandes sectores desposeídos en la Cuba de aquellos años.

Nada impidió a Emma Pérez, quien por entonces trabajaba como mecanógrafa en la Universidad de La Habana, escribir su libro, publicarlo en los Talleres de P. Fernández y Ca. –pagando ella la edición– y difundirlo, del mismo modo que nadie le impedía participar activamente en la defensa de la República Española y apoyar las reivindicaciones del movimiento sindical. Sigue leyendo