Por Sergio Andricaín
Presentar a José Ignacio “Chascas” Valenzuela esta tarde es un reto, porque, además de un conocido escritor, es un gran conversador, alguien que no necesita de un presentador o entrevistador para comunicarse con el público.
Hoy le acompaño, lo mismo que ustedes, para escucharlo hablar de su nueva novela, Mi tío Pachunga, a la que me referiré brevemente y tratando de no revelar detalles. Solo destacaré algunos aspectos de esta obra –apta para todas las edades– que ha sido publicada por Alfaguara con ilustraciones de Patricio Betteo y a la cual le auguro un éxito similar al que alcanzó Mi abuela la loca.
La primera razón para invitarlos a leer Mi tío Pachunga es la lectura placentera y útil —tanto para chicos como para grandes— que nos propone. Los niños encontrarán en sus páginas una mirada al mundo de los adultos: a sus preocupaciones y formas de reaccionar ante los problemas, a sus contradicciones y conductas prejuiciadas, a la manera incompleta en que entienden el mundo infantil y a sus dificultades para desentrañar y aceptar las conductas de otras personas.