Por Oswaldo Roque
Tomado de la publicación Más libros, Bogotá, Colombia
En los últimos tiempos, distintos países de Latinoamérica han empezado a conceder una especial atención a la lectura en la primera infancia. Lo cual es una magnífica noticia, pues para nadie es un secreto que los primeros años de vida son fundamentales para la formación de los lectores. Ahora bien, el reto está en que esos encuentros iniciales de los niños con la literatura se realicen a través de libros adecuados a sus intereses y experiencias, y que, además, ofrezcan en sus páginas textos e ilustraciones de gran calidad.
Alelé, alelé y Colorín, colorado, de los escritores Sergio Andricaín y Antonio Orlando Rodríguez, reúnen con creces todo lo que debe pedirse a los buenos libros para la primera infancia: lenguaje sencillo, pero elegante y con un escogido vocabulario; lirismo, fino humor y fantasía; imágenes gráficas delicadas e ingeniosas, con representaciones visuales capaces de cautivar a los niños más pequeños y con un atractivo uso del color.
Estas dos obras –dedicada a la poesía la primera y la segunda a la narrativa– conforman un precioso díptico, a cuya unidad contribuyen las ilustraciones realizadas, en ambos casos, por María Sánchez y Alexis Lago. Formas poéticas como las retahílas y las coplas, presentes en ambas propuestas, permiten familiarizar al niño con la belleza y la musicalidad de nuestro idioma, a través de divertidos y sonoros juegos con las palabras.