Por Iliana Prieto
El primer libro que recuerdo como mío, quiero decir que fue un regalo especial para mí, era una edición muy linda de cuentos de Hans Christian Andersen. Tenía ilustraciones a colores y una carátula brillante y, por supuesto, reunía varias de las historias más conocidas del autor. Casi todas, menos una, me hacían llorar o me ponían triste, a pesar de que apenas tenía cuatro años: El traje nuevo del emperador.
De aquel bello libro, este cuento era el único que me provocaba risa, y es precisamente al que me voy a referir en este 210 aniversario del natalicio del gran autor danés.