Por Joel Franz Rosell, especial para Cuatrogatos.
Numerosos son los escritores españoles e hispanoamericanos que cada año a envían un manuscrito a un premio de literatura infantil y juvenil. Son certámenes prestigiosos por su dotación económica, por la difusión que proporcionan a las obras elegidas y por las perspectivas profesionales que abren a sus autores.
Lamentablemente, no es raro que la decepción acompañe la publicación de los títulos galardonados. Una decepción que raramente se expresa en la plaza pública porque… ¿quién se atreve a clamar: “¡El rey está desnudo!” cuando aspira a la corona más temprano que tarde?
Aún a riesgo de perder la cabeza, este crítico que también es autor ha decidido decir todo lo que, sinceramente, piensa de los libros recompensados en la edición 2011 de los premios Edebé. Sigue leyendo