Por Sarah Moreno, tomado de El Nuevo Herald, Miami
La hierba recién cortada y los cubos de agua que se ponían a la entrada de la casa para alimentar a los camellos que transportaban a los Reyes Magos desde Oriente nunca faltaron en la infancia del escritor Sergio Andricaín (La Habana, 1956).
Todos los 6 de enero, hasta que cumplió siete años, Andricaín y su familia mantuvieron esta tradición de la cultura hispana que celebra con la entrega de regalos la visita de los sabios del Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, al niño Jesús para llevarle presentes –oro, incienso y mirra– a su humilde pesebre de Belén.
“Tuve una infancia tan feliz que la considero mi patrimonio. Creo que por eso me gusta escribir para los niños”, comenta Andricaín, autor de una docena de libros para niños, que desde su apartamento de Kendall continúa aprovechando las tradiciones, el folclor y la riqueza del idioma español para recrear el mundo de la infancia. Sigue leyendo