Entrevista especial: Gian Calvi, un creador con mayúsculas

web-giancalviPor Sergio Andricaín

A lo largo de casi seis décadas de trabajo creativo, Gian Calvi se convirtió en un referente de lo mejor de la ilustración iberoamericana. Pero, más aún, fue un formador de numerosos autores, ilustradores y promotores de la educación, la cultura y la convivencia ciudadana en diferentes países. En esta larga y sustanciosa entrevista –la última concedida por el artista nacido en Bérgamo, Italia, en 1938; enraizado en Brasil desde 1949 y fallecido el 24 de julio de 2016, en Rio de Janeiro–, Calvi pasó revista a su carrera y a su vida.

La Fundación Cuatrogatos agradece profundamente a Gian Calvi y a su esposa Lucila Martínez su valioso apoyo para la publicación de este trabajo. Las imágenes que acompañan la entrevista fueron escogidas personalmente por Calvi.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos relacionados con los libros y el arte?

Lenna, la pequeña aldea en los Alpes italianos, región de Bérgamo, en donde nací en 1938. Eran tiempos de guerra, de tensiones, en que hacía falta casi todo, pero al mismo tiempo, fue una época de mucho estímulo a la imaginación.

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Vinícius de Moraes, entre el bossa nova y la poesía para niños

Vinicius de Moraes

Hace cien años –el 19 de octubre de 1913, para ser precisos– nació en Río de Janeiro una figura capital de la cultura brasileña: Vinícius de Moraes. Además de poeta, un excelente músico.

Su vocación literaria apareció desde que era muy joven y a los 14 años compuso su primera canción. Hizo estudios de Derecho en su ciudad natal y comenzó a publicar libros en 1933. Al graduarse, comenzó a trabajar y siguió escribiendo.

En 1938, Vinícius de Moraes se trasladó a Inglaterra para estudiar en la Universidad de Oxford. De vuelta a Río comenzó a publicar críticas cinematográficas en revistas y periódicos hasta que, en 1943, se vinculó al cuerpo diplomático de Brasil, razón que lo llevó a vivir fuera de su país hasta 1950.

En 1954 ganó el concurso del IV Centenario de São Paulo con su obra de teatro Orfeu da Conceiçao, que fue llevada al cine por Marcel Camus con el título de Orfeo negro. Por esa misma época conoció al músico Antonio Carlos Jobim, con quien inició una gran amistad y una fecunda colaboración artística. Para el disco Canção do amor demais, grabado en 1958 por la cantante Elizeth Cardoso, este binomio creativo compuso el tema “Chega de saudade”, que hoy día es considerado como el primer bossa nova.

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