¿Te gustaría empezar presentándote y diciéndonos quién eres y a qué te dedicas?
Mi tarjeta personal dice que soy Contador Profesional de Historias. Así que ese es mi oficio, mi profesión. Sí, a eso me dedico.
¿Por qué elegiste esa profesión?
Cuento cuentos porque me gusta, porque es lo que sé hacer. Porque no podría hacer otra cosa. Cuento para conjurar a la muerte, que es el olvido. Al nombrar las cosas, las cosas existen, toman cuerpo, se iluminan. Contar, como una lucha y una resistencia a la muerte y, además, yo creo que me hice cuentacuentos para poder dormir hasta la doce del mediodía.
¿Eliges los cuentos que vas a contar o cuentas los que te piden? ¿Cómo surgen tus cuentos?
A mí primero el cuento me suena en la oreja, y es una forma de buscar mi voz propia. Y soy yo el que cambio al contar las historias, al buscar mi voz, la misma voz para decir distintas cosas. ¿O acaso la misma cosa?, la misma historia. Historia a la cual –piensa Barthes– solo la muerte puede poner fin.