Si fuera un gato,
por tu tejado
me alunaría,
enamorado.
Y trenzaría
mimbres de luna
para amarrarme
junto a tu cuna.
A tus pies
siempre
ronronearía;
mi golpe de ala,
niñita mía.
Si fuera un gato
desenfadado
y no un chiquillo
avergonzado.
Si fuera un gato
cascabelero
te maullaría
cuánto te quiero.
Elsa Bornemann (Argentina)
Tomado de El libro de los chicos enamorados, 1977.