Opinan los editores de los libros ganadores del Premio Fundación Cuatrogatos 2022 (quinta entrega: Fondo de Cultura Económica México y Lóguez Ediciones)

Desde Ciudad de México —una capital donde viven más de nueve millones de personas— y desde Santa Marta de Tormes —una localidad española de alrededor de quince mil habitantes, cercana a la ciudad de Salamanca— nos llegan nuevas respuestas al cuestionario que enviamos a los editores de los libros ganadores del Premio Fundación Cuatrogatos. En esta ocasión, las editoras Susana Figueroa, de Fondo de Cultura Económica de México, y Maribel G. Martínez, de Lóguez Ediciones, comentan dos novelas para jóvenes lectores que nos impactaron grandemente por las problemáticas que abordan y por su calidad literaria, y que merecen la mayor difusión.

Susana Figueroa habla de Salvajes, de Antonio Ramos Revillas (Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2021):

¿Cómo llegó Salvajes a Fondo de Cultura Económica México? ¿Qué les atrajo de esta obra, qué los decidió a publicarla?

Antonio Ramos Revillas nos propuso la novela, expuso el tema y nos pareció que era fuerte y potente; en México casi no hay libros que hablen sobre el crimen organizado donde los protagonistas sean adolescentes. Además, este libro aborda las consecuencias que estas circunstancias traen para las y los jóvenes, y para las infancias de las colonias donde se reclutan para después convertirse en consumidores, vendedores de droga o sicarios. Ágil y con un lenguaje cercano a las y los lectores, la novela habla por las personas que, en muchas ocasiones, no tienen oportunidad de hacerlo; expone un sistema corrupto que se ensaña con los que menos tienen; pero también tiene su lado positivo, pues a pesar del contexto en el que están estas familias y las carencias que tienen, hay lazos familiares que son fuertes y esto lleva a sus integrantes a querer superarse para tener un futuro mejor.

¿Qué puedes contarnos sobre el proceso de edición?

El texto estaba muy bien estructurado, se hicieron ajustes menores: en la cronología de los sucesos, de coherencia con los personajes, usuales en el proceso de edición. También se revisó la voz del protagonista, Efraín, y algunos detalles para que todo estuviera cohesionado. Tal vez lo que nos causó más dudas fue título, al principio la novela se llamaba diferente, hubo que darle varias vueltas hasta llegar al nombre de Salvajes, que es como las personas de la ciudad llaman a los habitantes de los cerros; nosotros pensamos en ponerle así por esa ambivalencia, pues también el sistema y las personas que actúan alrededor son salvajes, tratan a los protagonistas de maneras realmente inhumanas.

A tu juicio, ¿qué podrán encontrar los lectores al abrir este libro?

Crudeza. Realismo. Esperanza. Encontrarán una trama y personajes genuinos. Minucioso y detallista, el autor describe y plasma la ciudad, sus calles, sus situaciones, como si fuera una pintura; la narración que hace, tan cercana a la situación actual de México, es imponente, te transporta a acompañar a Efraín, a vivir junto con él la carga que tiene por sacar a su madre de prisión, por mantener unidos y proteger a sus hermanos, y a la frustración que siente por no poder juntar el dinero que necesita. A pesar de lo cruda que pueda sonar la trama, los lectores podrán encontrar rayos de esperanza en personajes como el Lik, un abogado que ayuda a personas como Efraín y que hace lo posible para hacer justicia en un sistema donde esa palabra no significa nada.

¿Qué aporta Salvajes al catálogo de Fondo de Cultura Económica México?

Salvajes es una novela necesaria, por el tema que aborda y por la exposición de las situaciones difíciles de la actualidad que vive cotidianamente un sector de la sociedad; y también una suerte de denuncia de un sistema que no funciona, y que muchas veces castiga a personas inocentes y sin recursos. Es necesaria para que las y los jóvenes lectores conozcan y vivan esta realidad —una de las muchas que conviven en el México de hoy— y, con suerte, generen reflexiones en torno a esta problemática.

Maribel G. Martínez habla de Cueto Negro, de Mónica Rodríguez (Santa Marta de Tormes, Salamanca: Lóguez Ediciones, 2021):

¿Cómo llegó Cueto Negro a Lóguez? ¿Qué les atrajo de esta obra, qué los decidió a publicarla?

Normalmente es a través del correo electrónico como nos llegan las ofertas de publicación. Como a toda editorial en activo, son muchos y muy variados los originales que llegan a la bandeja de entrada del correo y no siempre tienen la suficiente calidad como para llamar nuestra atención. Cuando llegó Cueto Negro sabíamos que podíamos contar con un texto bien escrito porque venía firmado por Mónica Rodríguez. Ya le habíamos publicado Un gorrión en mis manos, que también recibió el Premio de la Fundación Cuatrogatos en la convocatoria de 2018, y conocíamos su forma de narrar, “la siempre elegante pluma de Mónica Rodríguez”, en palabras de Canal Lector. Y Cueto Negro cumplió nuestras expectativas, un relato bien escrito, sugerente, muy bien ambientado, con personajes verosímiles y con la suficiente tensión narrativa. Mónica no cuenta una historia, Mónica te sumerge en la historia y pasas a formar parte de ella. En cuanto terminamos su lectura, la decisión fue unánime a favor de su publicación.

¿Qué puedes contarnos sobre el proceso de edición?

Para un relato como el que Mónica nos ofrecía necesitábamos una cubierta atractiva que impulsara a los lectores a adentrarse en el libro, a ver qué pasaba detrás de esa ventana, a sentir el frío de la nieve y a la vez a querer deslizarse por ella. Y la decisión para la cubierta también estaba ya tomada: Eva Vázquez, quien nos presentó varias propuestas a cual más atractiva, y todos, incluida Mónica, seleccionamos la misma. Fue todo el proceso de edición muy fácil gracias a ambas.

A su juicio, ¿qué podrán encontrar los lectores al abrir este libro?

Los lectores que aborden la lectura de Cueto Negro se encontrarán con un relato emocionante, sensorial —sentirán el frío de la nieve y el calor de las ascuas en la chimenea del albergue, vivirán con la protagonista el nacimiento del primer amor y el descubrimiento del deseo, a la vez que, con ella y ante una revelación inesperada, se debatirán ante la pregunta de si es mejor contar algo o callarlo si con desvelarlo perjudicas a alguien.

¿Qué aporta Cueto Negro al catálogo de Lóguez?

Cueto Negro ocupa un lugar digno en “la joven colección”, nuestra colección de narrativa juvenil, una colección en la que hay grandes autores de la literatura infantil y juvenil europea y en la que Mónica Rodríguez está con todos los derechos.

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Otras respuestas de editores:
Jesús Félix Sacristán, de Nórdica Libros (España), y Lola Rubio, de Fondo de Cultura Económica (Argentina).
Laura Leibiker, de Ediciones Norma (Argentina), y María Francisca Mayobre, de Ediciones Ekaré (España).
Pablo Cruz, de Anaya Infantil y Juvenil (España), y Arianna Squilloni, de A buen paso (España).
Paloma Muiña, de Ediciones SM España, y Tora Ahlström, de Gato Sueco Editorial.

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