En esta oportunidad hemos reunimos a las representantes de una editorial con varias décadas de trayectoria y prestigio consolidado y a la de un sello muy joven, constituido en 2020. En la octava entrega de esta serie, conversamos con la editora Araya Goitia y con la diseñadora y directora de arte Alejandra Varela, ambas de Ekaré Europa, con sede en Barcelona, España, y con la editora Julia Viñas, de mónimo, un nuevo y muy prometedor sello editorial de Lima, Perú.
Araya Goitia y Alejandra Varela, de Ekaré, nos hablan sobre El berrinche de Moctezuma, cuento en verso de Nidia Gómez Benet con ilustraciones de Santiago Solís Montes de Oca (Barcelona: Ediciones Ekaré, 2022):
Leímos por primera vez El berrinche de Moctezuma en la legendaria Biblioteca Vasconcelos, en Ciudad de México. Estaba en una bonita y sencilla antología de poemas de Nuria Gómez Benet. En él se hablaba de este emperador que, como un niño enfurruñado, no quiere ver a nadie ni toma consuelo alguno en los muchos agasajos de sus súbditos. Como en un códice, en ese palacio de Gómez Benet todo está en su sitio: los caracoles para llamar a la junta en el Templo de Sol, los opinadores de pasillos y el ruido sordo del teponaxtle…
Desde ese primer encuentro, encontramos en sus versos un halo de clásico. Para nosotros un clásico quiere decir un texto con un claro non serviam que puede ser (y será) disfrutado genuinamente por lectores de épocas y lugares muy diferentes. La métrica no por graciosa dejaba de ser impecable, y tenía una clara voluntad de ser leída en voz alta. Después descubrimos el porqué.
Nuria Gómez Benet lo escribió en los años 1980 para el programa de radio infantil De
puntitas. Veinte años después, la editora Leticia Jiménez lo puso en blanco y negro bajo un sello de poesía llamado Verdehalago en una edición ahora descatalogada. Y, como los milagros aún existen, fue Leticia quien compartió con nosotros ese libro en la sala infantil de la Vasconcelos.
Es decir, es un poema que ha tenido múltiples vidas. No todos los libros deben ser perfectos para ser leídos en voz alta, pero en Ekaré este tipo de obra se agradece y se impulsa.
También El berrinche de Moctezuma tenía un don inesperado: abría mucho espacio para el lenguaje ilustrado. Allí entró con elegancia Santiago Solís Montes de Oca, quien logró la imposible tarea de interpelar un texto que ya era redondo y enriquecerlo.
Un ejemplo encantador: ese ayudante —que el texto apenas menciona— Solís lo “promueve” a chambelán serpiente, y para colmo, a personaje principal. Bajo su lápiz, Moctezuma se vuelve receptor no solo del peso trágico histórico y el cómico del texto, sino de nuestra genuina simpatía. El imperio azteca de Solís se erige esplendorosamente en rosa mexicano, azul y naranja, como un crepúsculo perpetuo.
Siempre decimos que la verdadera pelea del libro se da contra el tiempo. Hay textos que merecen pasar por varias generaciones y encuentran siempre un nuevo camino. Pasó con Margarita, de Rubén Darío, que encontró su nuevo y luminoso lugar entre paisajes tropicales y la rebeldía de la ilustradora Monika Doppert; o Fábula de la ratoncita presumida, de Aquiles Nazoa, donde Vicky Sempere logra representar, en apenas dos tintas, el mundo entero de esa “ratica más linda / que la rosa y que el clavel”.
El berrinche de Moctezuma se publica en la misma colección que estos antecesores: Rimas y adivinanzas. La colección fue innovadora en su año de creación —1979— por proponer poesía en libro álbum. Hoy en día diríamos que sigue siendo innovadora porque su modesto formato (cuadrado en tapa dura, pequeñito, de apenas 15 x 15 cm) nada a contracorriente en un mercado en el que los formatos son cada vez más grandes por criterios, muchas veces, estrictamente comerciales.
El planteamiento de la colección es que la poesía, incluso la de grandes autores latinoamericanos, puede ser sostenida en las manos de un niño pequeño. Así el libro se vuelve algo íntimo, un objeto que atesorar.
Al mismo tiempo, invita a leerlo a viva voz. Hay algo de la lectura de poesía en voz alta —gustosa, no-didáctica, casi ritual— que nos hila con el misterio del mundo, teje un espacio de temporalidad extraña entre quien lee y quien escucha. Muchas veces lo perdemos de vista, y lo cierto es que es un inmenso lugar de encuentro para niños y adultos, y debería ser rutinario.
En Ekaré hemos mantenido esta colección por casi 45 años y ha llegado a muchos rincones de América Latina con sus historias en verso y poemas que son disfrutados por niñas y niños de muchas edades. Solo añadimos un título cada muchos años cuando tiene este material de clásico. En criterios de mercadeo, El berrinche de Moctezuma nunca estará ni “de moda” ni “pasado de moda”, porque su lectura nos devuelve al juego de la palabra, a la imagen de un poderoso enfurruñado como un niño y a la delicia impertérrita de una taza de chocolate, herencia de las culturas mayas y mexicas.
Julia Viñas, editora de la editorial mónimo, habla sobre Otra cosa, libro álbum de Katya Adaui con ilustraciones de Cecilia Codoni (Lima: mónimo, 2022):
La idea de reconvertir los elementos y darles nueva vida, sin tratar el reciclado con esta titulación, sino apelando al juego, a la imaginación y al mero hecho de pasar el tiempo, fue lo que nos llamó la atención de la idea en Otra cosa.
Verónica Ramírez Muro, con quien editamos el texto, me había hablado de Katya Adaui, que ya había publicado con editoriales más grandes para adultos y también para niños. Una argentina en Perú y una peruana en Argentina, para compartir ideas sobre el texto, potenciales ilustradores, búsquedas creativas, cuestiones que para nosotros en mónimo eran no negociables.
La forma de escritura de Katya, directa, sucinta, dejando a libre pensamiento que pasará con el mundo de esta niña, me pareció muy interesante para una audiencia infantil. ¿Qué rol desempeña la mamá?, ¿la niña tiene muchos o pocos amigos? Me gustaba que se evidenciara una vecindad, una comunidad, que hubiera inventiva sin moralismos ni moralejas.
La llegada de Cecilia Codoni fue supervaliosa porque su técnica de trabajo es muy artesanal y sus recursos para construir la narrativa visual son, en sí mismos, muchas otras cosas. Fue un gran par que conjugó muy bien la historia.
En mónimo buscamos hacer historias ilustradas de ficción que podamos vivir en carne propia, hilvanando las pequeñas cosas de nuestro día a día, concitando la atención de niños y no tan niños. Otra cosa conjuga estos elementos y cumple con tratar temas vigentes y de relevancia actual orientados siempre al público infantil y tratados desde otros ángulos.
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Otras respuestas de editores:
Reina Duarte (Edebé) y Laura Leibiker (Norma Argentina).
Inês Castel-Branco (AKIARA Book) y Valia Libenson Svachka y Rodolfo Bolaños Sierra (Amanuense).
Víctor Mascato (Triqueta) y María Fernanda Maquieira (Loqueleo Argentina).
Ana Eulate (Cuento de Luz) y Arianna Squilloni (A buen paso).
Jesús Félix Sacristán (Nórdica Infantil) y Pablo Cruz (Anaya).
Gema Sirvent (Libre Albedrío) y Bárbara Centorbi y Guillermo Pérez (Tres Tigres Tristes).
Lola Rubio (Fondo de Cultura Económica de Argentina) y Manuela Rodríguez (Kalandraka Editora).
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