Libros imprescindibles de la literatura infantil y juvenil

Para celebrar el Día Internacional del Libro se nos ocurrió pedirle a un grupo de conocedores del libro infantil y juvenil –escritores, ilustradores, investigadores, editores y promotores de lectura– que mencionaran uno de sus libros “imprescindibles”. No pusimos ninguna regla: la obra elegida podía ser de cualquier época, país o género.

Aunque una parte de los participantes en esta encuesta informal se ciñó a un único título, como se les había pedido, otros nos hicieron llegar dos… o un puñado de sus favoritos. ¡No importa! Aquí compartimos con ustedes esos “imprescindibles” que nos llegaron desde Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Francia, Guatemala, México, Puerto Rico y Venezuela. Al revisar la lista, observarán cómo algunos títulos de obras y nombres de autores se repiten. Eso los convierte, por así decirlo, en “altamente recomendados”.

Gracias a todos los que nos enviaron vía e-mail sus respuestas. Al leerlas, a muchos les encantará ver mencionados sus propios “imprescindibles”, y probablemente se les despertará la curiosidad por conocer aquellos otros títulos que aún no conocen.

Desde España nos llegaron dos respuestas. María Jesús Gil, directora de la Fundación SM, nos dijo: “Qué dificil elegir. El principito, de Antoine de Saint Exupéry, y todos los de Roahl Dalh”. Por su parte, Jaime García Padrino, investigador y profesor universitario, mencionó El hombrecito vestido de gris, de Fernando Alonso.

Pensábamos que la española Ana Garralón, especialista en LIJ,  estaría en Madrid, pero no, su respuesta nos llegó “desde México lindo, con el volcán echando humo y conociendo de primera mano la vida cotidiana de maestros con niños en zonas muy conflictivas (Ciudad Juárez, etc.)”. ¿Su recomendación? “¡¡¡Cualquiera de Roald Dahl!!! En especial, Matilda o Las brujas…”.

El editor mexicano Daniel Goldin también incluyó entre sus imprescindibles Matilda, de Roald Dahl, acompañado por Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll; Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, y Willy el tímido, de Anthony Brownie”. También recibimos otros aportes de México: la escritora María García Esperón recomendó un libro de un compatriota: El club de la salamandra, de Jaime Alfonso Sandoval, y lo mismo hizo Ana Laura Delgado, directora de Ediciones  El Naranjo, quien  se inclinó por Tigre callado escribe poesía, de Monique Zepeda.

Desde Puerto Rico, la crítica literaria Ruth Sáez nos respondió: “El primer libro que me vino a la mente fue El flamboyán amarillo, de Georgina Lázaro”. Y la escritora puertorriqueña Georgina Lázaro nos envió el siguiente mensaje: “¡Qué difícil decisión! No quiero ser injusta con los demás, pero acabo de leer Kafka y la muñeca viajera, de Jordi Sierra i Fabra, y quedé loca. Me gustaría haberlo escrito yo”.

También nos llegaron varios aportes de Argentina. Desde Buenos Aires, en medio de la Feria del Libro, Ileana Loterztain, una de las creadoras de la reconocida editorial Iamiqué, especializada en libros informativos para niños y jóvenes, escogió la obra Olivia, de Ian Falconer, mientras que el ilustrador Istvansch hizo evidente en su respuesta que la tarea no le resultó muy fácil que digamos: “¿¿¿Uno solo??? Los prelibros de Bruno Munari”. Desde Mar del Plata, Estela Vega, especialista en literatura infantil y creadora del programa radial Juego de palabras mencionó La hormiga que canta, de Laura Devetach, con ilustraciones de Juan Lima.

Desde Bolivia, la escritora Isabel Mesa nos hizo llegar su respuesta: “Si es un libro clásico de la LIJ, me quedo con El principito, de Saint Exupéry. Si es un contemporáneo, me quedo con Cuatro calles y un problema, de Graciela Montes”. En Ciudad de Guatemala, la investigadora Frieda Morales escogió la obra de Tolkien: El Hobbit, la trilogía El Señor de los Anillos y El Silmarillion. Desde Chile, el autor Mauricio Paredes nos hizo saber que uno de sus imprescindibles es El gran gigante bonachón, de Roald Dahl.

Desde Cuba, a la escritora Ivette Vian no pareció resultarle difícil escoger un libro favorito: “Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll”, nos dijo. En Costa Rica, la ilustradora Vicky Ramos escogió esa misma obra como su “imprescindible”. Otro que se decantó por un clásico fue el autor y profesor universitario costarricense Carlos Rubio, quien optó por Cuentos completos, de Hans Christian Andersen.

El autor e investigador literario chileno Manuel Peña Muñoz coincidió con Rubio en su selección. Nos escribió: “De mis imprescindibles tengo que destacar a mi preferido, pues ya saben que son anderseniano como Eliseo Diego y tantos otros. Tengo muchas ediciones de sus libros y de crónicas de viajes. De modo que selecciono las Obras completas de Hans Christian Andersen, publicadas por la editorial Anaya, que consulto siempre”.

Otros creadores cubanos nos escribieron desde distintas ciudades del mundo. Comencemos por los de Estados Unidos. Desde Miami, Iliana Prieto nos dijo: “Me es difícil decidir, pues hay muchos títulos que me vienen a la cabeza. Pero respondo a la encuesta con dos de Michael Ende: Momo y La historia interminable”. Desde Starville, en Misisipi, el crítico Carlos Espinosa eligió El bolso amarillo, de Lygia Bojunga, y Cuentos de Guane, de Nersys Felipe. Y desde Leigh Heights, recibimos las respuestas de dos ilustradores-pintores: Alexis Lago eligió Flor de leyendas, de Alejandro Casona, y Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne, y María Sánchez sacó a relucir Cuentos de la selva, de Horacio Quiroga, y dos excelentes novelas rusas: Los tres gordiflones, de Yuri Olesha, y El viejo djin Jottábich, de Lazar Laguin. Desde Quito, Ecuador, Liset Lantigua nos hizo llegar su selección: Los hijos del vidriero, de María Gripe. Y desde París, Joel Franz Rosell nos dice: “Escoger UN libro imprescindible es casi imposible. Dejo fuera los que adivino otros citarán: los canónicos Alicia, La isla del tesoro, los cuentos de Andersen, Perrault y Grimm, Las mil y una noches, Peter Pan, La Edad de Oro… Bueno, tal vez escogería el fabuloso Aventures de Sinbad le terrien (un anónimo árabe que cuenta las aventuras de nuestro conocido Simbad, pero esta vez en viaje por tierra hacia el Extremo Oriente; no parece haber sido traducido al castellano); Las nueve vidas del mago, de Diana Wynne Jones, o Harún y el mar de las historias, de Salman Rushdie”.

Tal parece que Fanuel Díaz, autor, crítico y editor venezolano, se subió en una máquina del tiempo para contestar nuestra encuesta. He aquí el mensaje que nos mandó: “¿Un libro imprescindible reciente? El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon. Más viejo: Cuento negro para una negra noche, de Clayton Bess. Más viejos: Charlie y la fábrica de chocolate y Las brujas, de Roald Dahl. Más más viejos: El león, el ropero y la bruja, de C. S. Lewis, y El señor de los anillos, de J. R. Tolkien. Más más más viejo: Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll”.

A la venezolana Mónica Bergna, de Ediciones Tecolote, también le resultó difícil limitarse a un solo libro “imprescindible” y seleccionó varios: Los últimos gigantes, de Francois Place; La historia de Julia, la niña que tenía la sombra de niño, de Christian Bruel; El enemigo, de Davide Cali y Serge Bloch, y El libro negro de los colores, de Menena Cottin y Rosana Faría.

En Cuernavaca, México, la autora argentina Elena Dreser argumentó que no habíamos especificado si se trataba de “imprescindibles” actuales o no, y nos hizo llegar varios de sus favoritos, donde ocuparon un espacio importante las creaciones de autores latinoamericanos. He aquí algunos de los libros que escogió: “De los clásicos: Pinocho, de Collodi. De los de mi infancia: Bajo las lilas, de Luisa M. Alcott. De los clásicos actuales: El reino del revés, de María Elena Walsh; Cuentos del hierbazal, de Gilberto Rendón; Mi bicicleta es un hada y otros secretos por el estilo, de Antonio Orlando Rodríguez. De los más nuevos: Tuiiii, de Gilberto Rendón; El cuaderno de Pancha, de Monique Zepeda; Murmullos bajo la cama, de Jaime Alfonso Sandoval…”.

Desde Montevideo, la autora e investigadora uruguaya Sylvia Puentes de Oyenard envió una lista con sus “imprescindibles” en la que incluyó varias categorías: “De mi infancia: Chico Carlo, de Juana de Ibarbourou; Cuentos de la selva, de Horacio Quiroga; Corazón, de Edmundo D’Amicis. De la infancia de mis hijos: los cuentos y poemas de María Elena Walsh; Las aventuras de Juan el Zorro, de Serafín J. García; Pantalones cortos, de Lara Ríos; Cuentos de Apolo, de Hilda Perera. De la infancia de mi nieta: Roald Dahl y Ziraldo. Un libro de todos los tiempos para adolescentes: Stefano, de María Teresa Andruetto”.

Desde París, la escritora colombiana Gloria Cecilia Díaz nos hizo saber cuáles eran sus “imprescindibles”: “No tengo uno sino varios. Por ejemplo, Matilda, de Roald Dahl; Momo, de Michael Ende, y al contrario de mucha gente me gusta mucho Mi planta de naranja lima, de José Mauro de Vasconcelos. Me encanta la obra de Lygia Bojunga, etc., etc.”. Y desde Bogotá, otra destacada figura de la LIJ de Colombia, Irene Vasco, contestó: “Tengo que decirles dos porque no me puedo decidir: Pippa Mediaslargas, de Astrid Lindgren, y Chao, de Lygia Bojunga”.

En Medellín, la bibliotecóloga Gloria María Rodríguez se inclinó por Las aventuras de Pinocho, de Carlos Collodi. Su respuesta coincidió con la que nos brindó Marina Colasanti, una de las grandes figuras de la literatura infantil y juvenil brasileña: “Dificil elección, porque son tantos los imprescindibles… Pero, como italiana y como traductora de esa obra, es con Pinocho que me quedo”.

Y, para cerrar, dos “imprescindibles” de los editores de Cuatrogatos. Sergio Andricaín opta por La Edad de Oro, de José Martí, y Antonio Orlando Rodríguez por El tigre en la vitrina, de Alki Zei.  

La ilustración que encabeza esta nota fue realizada por la artista mexicana Rosario Valderrama.

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