Desde que se dio a conocer en 2007 como autor de libros para niños, Martín Blasco (Buenos Aires, 1976) ha publicado una producción significativa, que lo ha consolidado como una de las principales voces de la literatura infantil y juvenil contemporánea de Argentina. Su bibliografia incluye obras narrativas como En la línea recta, Los extrañamientos, Mi nombre es Bonzi, Lo que se preguntan los animales, La oscuridad de los colores (traducida al francés y ganadora del Prix Farniente en Bélgica) y Quizás en el tren (en coautoría con Andrea Ferrari) y la obra de teatro La leyenda del calamar gigante.
En la senda del contrario, narración para jóvenes lectores publicada por Blasco en la colección Zona Libre de la editorial Norma, fue una de las obras ganadoras del Premio Fundación Cuatrogatos 2019. El jurado la calificó como una novela “sólida, llena de sutilezas y sorpresas”, en la que “la historia sitúa al lector ante un logrado juego de espejos y ante conflictos universales”.
Enviamos un cuestionario a Martín Blasco a propósito de En la senda del contrario y él tuvo la gentileza de contestarlo. Aquí compartimos nuestras preguntas y sus respuestas:
¿Cómo surgió la idea de En la senda del contrario? ¿Cuál fue el detonante de esta obra?
Nació como cuento, hace muchos años, en el 2001. Eso quiere decir que yo tenía 25 años. En ese momento ni siquiera imaginaba que iba a terminar dedicándome a la literatura infantil y juvenil. Había estudiado cine, trabajado en televisión y, sin mucho éxito, intentaba escribir cuentos. Muchos de esos intentos, con el tiempo se convirtieron en novelas juveniles: El bastón de plata, La oscuridad de los colores, El misterio de la fuente, Los extrañamientos, por citar algunos ejemplos.
El cuento se llamaba “El rey y su enemigo”. Quería ser un cuento “a lo Borges”. Como suele pasar cuando uno es joven e intenta escribir un cuento “a lo Borges”, el resultado era pretencioso. Pero el argumento me gustaba, así que decidí guardarlo para más adelante. A veces se me ocurren ideas que no me siento capacitado para escribir. En este caso, tuvieron que pasar quince años para que le encontrara la forma correcta.
La novela no transcurre en un espacio ni un tiempo específicos, hay una voluntad de imprecisión. ¿Por qué esa elección?
Trato de que mis libros sean completamente diferentes unos de otros. Sé que me gano a veces el enojo de los lectores. Al que le gustó En la línea recta cuando pasa a El bastón de plata no entiende nada; o si le gustó La oscuridad de los colores lee Todas las tardes de sol y se decepciona. Cambio de género, de estilo, de tono, de búsqueda. Y ya había escrito una novela histórica. Para En la senda del contrario quería probar otra cosa, un estilo más sintético y sobre todo quería no estar atado a una cultura, una mitología o una religión existentes. En ese sentido, se podría decir que es un fantasy, porque transcurre en un mundo que no es este y que yo sepa esa es la única regla fija en el fantasy. Pero claro, no se parece mucho a lo que se suele asociar al fantasy.
La figura de Faruk, el hombre del camino resulta misteriosa y atractiva, ¿te basaste en algo para crearla?
La novela funciona a base de contrarios: joven, viejo; rico, pobre; poderoso, humilde; violento, pacífico; justo, injusto; social, solitario; fuerte, débil. Faruk es todo eso en un solo hombre.
¿Qué te atrajo del motivo del doble, recurrente en grandes obras de la literatura universal?
Es uno de los temas más interesantes de la literatura. Presente en la obra de Stevenson o Borges, pero también se podría decir que El Quijote o Hamlet tienen que ver con el doble. Es un tema apasionante y de los más ricos para inventar historias.
En la mayoría de la producción editorial en español, la narrativa que se dirige al público juvenil propone personajes adolescentes, bien en espacios y conflictos de la cotidianidad o bien como protagonistas de historias o sagas fantásticas. ¿Cómo se inserta, en ese contexto, una novela de vocación parabólica, simbólica y filosófica como esta? ¿Qué te animó a escribir una novela que, por así decirlo, nada contra esa corriente?
Me parece un planteo ridículo la idea de que los jóvenes, para interesarse en una historia, necesitan que esté protagonizada por alguien de su edad. “Literatura juvenil igual a protagonistas juveniles” es uno de los grandes mitos a derribar en este género. Yo puedo emocionarme con la historia de un niño, o un ruso, o un extraterrestre y no soy ninguna de esas cosas (creo). ¿Por qué los jóvenes van ser diferentes?
En ese sentido, las novelas de Sergio Aguirre siempre fueron un faro para mí. No hay jóvenes en sus novelas para jóvenes. Y sin embargo, los jóvenes las aman.
¿Qué te gustaría que quedara en los lectores después de leer En la senda del contrario?
Ni idea. No sé bien cuáles son las conclusiones a sacar de esta historia. Sé que tiene que ver con la vida en sociedad, con la política, con el poder, con el amor a los otros, con el autoconocimiento. Pero lo que dice sobre esos temas… no lo tengo claro.
Traté de escribir algo así como una antifábula. Adhiero a la idea de que siempre son más interesantes las preguntas que las respuestas. Este libro tiene la forma de una fábula, o de un cuento con enseñanza, pero no hay una moraleja. O más bien, hay muchas moralejas posibles. Y esas moralejas posibles, se contradicen entre sí.
He releído la oscuridad de los colores y ahora en la senda del contrario…me sorprendió y encantó…gracias a la profesora de mi hija que lo incluyó en el programa…leemos todos en familia
Hola a mi me fascinó el final, te quedas impactado y querés volver a comenzar la lectura
Tengo 54 anos. Lei el libro por que se lo dieron a mi hijo en la escuela. Me encanto.
Muy buen premio, el jurado acertó.
Es cierto: Martín Blasco es una de las mejores expresiones de la literatura Argentina, particularmente de la juvenil.
Totalmente de acuerdo contigo Carlos, que bueno ver un comentario positivo de Martín Blasco, es uno de mis autores favoritos. Por cierto estuvo muy bueno la entrevista.