Continuamos difundiendo las respuestas de los editores de los libros ganadores del Premio Fundación Cuatrogatos 2020 al cuestionario que les hicimos llegar con el ánimo de conocer más sobre los motivos que los llevaron a publicar esos títulos.
En esta ocasión compartimos las respuestas que nos envió Pilar Armida, de Ediciones Castillo, desde Ciudad de México, a propósito de Kitsunebi, fuego de zorro, cuentos de Martha Riva Palacio Obón, con ilustraciones de Sólin Sekkur. ¡Muchas gracias por darnos la oportunidad de conocer mejor esta estupenda creación!
¿Cómo llegó este libro a Ediciones Castillo? ¿Qué les atrajo de él, qué los decidió a publicarlo?
Mariana Mendía, la gerente en aquel entonces del departamento de Literatura Infantil y Juvenil en Castillo, tuvo varias pláticas con la autora sobre su pasión por la cultura japonesa. A partir de esto surgió el proyecto. Eventualmente me mostraron el primer manuscrito y me di a la tarea de leerlo a la par de recopilaciones de folclor japonés, para verificar qué tanto los relatos estaban apegados a las narraciones japonesas de yokai. Al descubrir que la autora no solo recuperaba el folclor, sino que lo traspasaba y trabajaba el lenguaje construyendo una poética, enseguida pensamos que debíamos publicar la obra. En resumen, nos pareció una escritura muy bella que debía convertirse en libro.
A su juicio, ¿qué podrán encontrar los lectores al abrir este libro?
Una escritura que impacta y atrapa al lector desde el inicio. La autora construye cada oración con sutileza, precisión, minimalismo; las palabras y los signos de puntuación surgen de una profunda reflexión y se nota esta paciencia y búsqueda de la belleza. Así, al abrir el libro, las palabras tan atinadas para expresar cada detalle permiten que el lector penetre en las atmósferas, a través de la referencia a olores, colores, sensaciones. Leer Kitsunebi es una experiencia sinestésica, pues Martha Riva Palacio Obón apela a nuestros sentidos para que de verdad podamos imaginar la experiencia de estar dentro de los relatos.
Además, este libro es una invitación para aproximarnos al folclor japonés, así como a sus formas literarias tradicionales, en este caso el haibún. A su vez, las ilustraciones de Sólin Sekkur producen un efecto de “ensoñación”, aportan un imaginario y nos permiten descubrir que las imágenes también se leen y robustecen el significado de las palabras.
¿Qué aporta Kitsunebi, fuego de zorro al catálogo de Ediciones Castillo?
Este libro enriquece nuestro catálogo porque nos muestra una faceta distinta de Martha, quien ya había publicado otros libros con nosotros, pero dirigidos a lectores pequeños. Asimismo nos aporta una relación con la literatura y la estética de otras latitudes, en este caso Japón. Y también nutre nuestro acervo en la variedad de géneros, ya que gran parte de nuestro catálogo juvenil está conformado por novelas y Kitsunebi representa la inclusión de otro género: el haibún.
Me sorprendió que una escritora mexicana publicara un libro con versiones de historias sobrenaturales antiguas de Japón, algunas de ellas muy conocidas por la literatura o por su adaptación al cine. Sin embargo, después de leer las primeras páginas uno se percata de que la autora no adapta, versiona ni reescribe, se apropia de esas fuentes tradicionales y de sus esencias para re-crearlas con una voz personal y una prosa poética de altos kilates. Coincido con la editora del libro: al leerlo, se aprecia que fue escrito sin prisa, escogiendo bien las palabras, y aportando referencias sensoriales que permiten evocar y explorar los escenarios. Este premio, concedido con gran acierto, destaca un inusual libro de cuentos para jóvenes que merece ser disfrutado además por los adultos que gustan de la literatura más elaborada. Por mi parte después que Cuatrogatos lo escogió entre sus 20 premios sentí mucha curiosidad de leerlo y ahora quiero hacer que mis estudiantes lo lean también. Puede ser un buen ejercicio para diferenciar la narrativa caracterñistica de los best sellers de la narrativa con una clara voluntad artística.