Entrevista inédita con Tomi Ungerer: “El ladrón que crea tesoros”, por Rodrigo Morlesin

Tomi Ungerer. Foto cortesía de Aria Ungerer.

Con motivo del fallecimiento del extraordinario autor e ilustrador de libros para niños Tomi Ungerer (Estrasburgo, Francia, 1931 – Cork, Irlanda, 2019), publicamos esta entrevista que le hizo el diseñador gráfico y escritor mexicano Rodrigo Morlesin en el año 2011, cuando Ungerer tenía 80 años de edad, y que había permanecido inédita hasta la fecha.

Agradecemos a Morlesin la deferencia de haber escogido a Cuatrogatos para difundir este valioso testimonio, que publicamos como un homenaje al inolvidable creador de Crictor, Adelaide, Rufus, Los tres bandidos, Ningún beso para mamá y otros muchos clásicos de la literatura infantil universal.

El ladrón que crea tesoros: Entrevista a Tomi Ungerer

Por Rodrigo Morlesin

Tomi Ungerer es como un buen ladrón, sus dedos son ágiles con el pincel y la pluma y su mente es brillante y rápida, le roba los colores a la naturaleza y los transforma en libros. Revuelve las palabras como un ilusionista al realizar su acto. Le roba horas al reloj para que le alcance el tiempo de inventar todo lo que su cabeza le ordena y se da tiempo para llenar su museo con todo lo que hurta a la imaginación que entra sigilosamente hasta el lugar más estrecho y apartado.

Platicar con Tomi Ungerer es aprender a escuchar, ya que sus palabras llevan los colores de sus libros y en cada respuesta hay una sentencia. Con ochenta años de edad, un espíritu transgresor que provocó el boicot de la sociedad conservadora a inicios de los años 1970 y lo obligó a irse de Estados Unidos, un museo que lleva su nombre en su pueblo natal Estrasburgo, en la región de Alsacia, Francia, y un legado estimado de entre treinta mil y cuarenta mil dibujos y de más de ciento veinte libros (treinta y cuatro de ellos infantiles), los cuales han sido traducidos a más de treinta idiomas, Tomi se puede jactar de hacer lo que se le dé la gana. Pero no lo hace, es un tipo sencillo y realista, que no deja nada en el tintero, ni cuando ilustra ni cuando escribe, y ni qué decir de sus palabras que son contundentes y profundas.
Igual ha hecho carteles publicitarios que campañas por los derechos humanos, esculturas y caricaturas para revistas como The New Yorker. Sus dibujos van de lo infantil a lo erótico y hasta ha diseñado inventos que actualmente se utilizan, como es el caso de la rueda de la energía (una rueda hidroeléctrica ilustrada con enormes sapos con zapatos de tacón, que utiliza la compañía eléctrica de Francia) o el Janus Aqueduct, una fuente que diseñó y se encuentra en Estrasburgo.

Algunas de sus frases son famosas, como aquella que dice: “Children know where children come from, but no where adults come from” (Los niños saben de dónde vienen los niños, lo que no saben es de dónde vienen los adultos).

Su obra también se ha visto en el cine, ya que Los tres bandidos ha sido adaptado como cine de animación varias veces, y actualmente trabajan en una segunda versión de su clásico Hombre Luna.

Así que una vez que acordé la entrevista con su hija Aria, llamé al señor Ungerer a su residencia en Irlanda. Del otro lado del teléfono una cálida voz, con acentos que van del francés, al alemán y al inglés de Irlanda, me contestó diciendo que amaba a México y, sobre todo, la gráfica de José Guadalupe Posada. Así comenzó este viaje con Tomi Ungerer por medio de la línea telefónica.

¿Qué es lo que le gusta del trabajo de José Guadalupe Posada?

Tenemos mucho en común, sabes, esa fascinación tan mexicana por la muerte. Porque no hay muerte sin vida. Tengo muchos libros de él. De hecho, en mi libro Rigor Mortis he incluido trabajos de Posada. Son alrededor de 50 libros sobre Posada que ya no poseo, porque pertenecen a mi museo, así que ahora los puede ver allí mucha más gente.

¿Cómo descubrió el trabajo de Posada?

Hace mucho tiempo, estando en México. Fui de turista por allá en el año 1960 o 1961 y me quedé enganchado con su obra.

Hábleme un poco sobre su museo.

Bueno, lo puedes ver en internet. Se encuentra en mi pueblo natal. Doné mi colección de juguetes, mi biblioteca con miles de libros. El museo tiene alrededor de quince mil obras, entre ellas mil quinientos libros

El gobierno de Estrasburgo y el de Francia han hecho una excepción al darme mi museo, ya que no financian ningún museo de artistas que aún se encuentren vivos. Así que hicieron una excepción, un bello gesto, sin duda. La European Council Architectural Commission, que se encarga de clasificar todos los museos de Europa, lo ha puesto entre los diez mejores de toda Europa. Y es que una de sus cualidades es que cambiamos de exhibición cada cuatro meses, ¡cada cuatro meses!, porque tenemos mucho que mostrar.

Hay otros grandes autores, como Steinberg, que no tienen un museo. No hay museo de Steinberg en América. ¿Lo puedes creer? Yo he sido muy afortunado en mi vida, he trabajado muy duro, aún hago de dos a tres libros por año. Actualmente estoy haciendo mi tercer libro de este año.

“Los tres bandidos”, Tomi Ungererer, 1961.

¿Cómo es el libro que está haciendo?

Bueno, en realidad estoy trabajando en diez libros, he escrito varias autobiografías y ahorita estoy haciendo una de mis años en Nueva York y acabo de terminar otra autobiografía en francés. Porque, sabes, escribo tanto como dibujo, no lo olvides, siempre digo que dibujo lo que escribo y escribo lo que dibujo. Estoy terminando mi segundo libro infantil del año, que trata sobre una rana, es solo feeling y atmósfera.

Sigo haciendo collages, esculturas… Tuve una gran gran exposición el año pasado [2010] en el Würth Museum, en Alemania; tuvo setenta y cinco mil visitantes. Eran cuatro kilómetros cuadrados de exibición, así que había suficiente espacio para mis esculturas, los trabajos de diseño, los inventos que he hecho… como el kindergarden en forma de gato que hice, en el que los niños entran por la boca, o como el invento que hice para la compañía de electricidad de Francia…

¿¡Su mente siempre está trabajando!?

Sí, el único problema es la edad, ya que con ochenta años uno tiene menos energía. Me tomó sesenta años aprender a dibujar y ahora intento hacerlo tanto como puedo, ya que, después de tantos años, en los últimos dos es que he estado contento con el resultado. Nunca antes estaba satisfecho, lo cual es bueno, ya que si estás satisfecho te vuelves arrogante, y eso es peligroso.

¡Tiene usted la misma edad que Babar, el elefante!

¡Oh, lo sé! ¡Bien, bien, bien!

¿Le gusta Babar?

¡Lo amo!, Conocí a Brunhoff muy bien, soy amigo del hijo de Brunhoff, es un gran amigo. Creo que Babar es un clásico absoluto. Tuve un Babar cuando era niño, ha sido una gran influencia en mi trabajo.

“Flix”, Tomi Ungererer, 1998.

¿Cuál era su libro favorito cuando era niño?

¡Ufff! es difícil elegir. Creo que el libro alemán Max y Moritz, porque sus protagonistas siempre estaban haciendo bromas, y es que yo siempre estoy haciendo bromas y ese tipo de cosas.

¿A qué le gustaba jugar cuando era niño?

Me gustaban las herramientas y hacer cosas… Es lo que les digo a todos los papás: “Compren a sus hijos herramientas de verdad, es muy importante que los niños aprendan a hacer cosas, que usen sus propias manos”. Siempre digo que tú eres lo que haces. Los niños tienen mucha imaginación, y con herramientas adecuadas pueden darle rienda suelta y crear muchas cosas.

Si tuviera que elegir entre alguno de sus libros, ¿cual sería?

En realidad no me gustan ninguno de mis libros, una vez que los he terminado no los vuelvo a ver; les encuentro muchos errores y nunca quedo feliz. Pero de los libros para niños, debo decir que I Am Papa Snap.

¿Tiene grandes recuerdos de sus libros?

Cada libro es un safari, una aventura. Siempre estoy muy entusiasta cuando trabajo en un libro, pero en cuanto termino no lo quiero ver. Algunos pasan cuatro o cinco años antes de que los vuelva a mirar.

¿En qué se inspira para crear?

Depende, no lo sé. Tengo ideas todo el tiempo, una nueva historia, un nuevo libro, una nueva escultura… No tengo suficiente energía para todas las ideas y libros que imagino. Las ideas solo llegan y ¡pam! están hechas. Trabajo rápido, soy muy afortunado, trabajo muy muy muy rápido.

¿Y solía contarle las historias suyas a sus hijos?

No, hacíamos lectura en voz alta sobre historia y geografía; leíamos sobre la naturaleza, libros con temas reales.

¿Tiene algún pintor o ilustrador favorito?

Oh, esa pregunta sí que es difícil, sabes… hay muchísimos. Los que realmente me enganchan son los que me ponen a pensar en su dibujo, como Saul Steinberg. Es un dibujo con reto intelectual, pone toda la filosofía en un dibujo. Pero hay muchos buenos, ¡oh, Dios mío! A veces me descepciono por no ser tan bueno como ellos. Soy complejamente inferior a ellos.

Ha vivido en Nueva York, Francia, Canadá, en muchísimos lugares, ¿Dónde le ha gustado más vivir?

Vivo donde amo y amo donde vivo, y yo amo Irlanda.

Hace poco viajó a Nueva York en un tour literario…

Oh, sí. Regresé de Nueva York el mes pasado, ya no tengo problemas allá. Ya sabes, todos mis libros fueron prohibidos en las bibliotecas estadounidenses y fui arrestado… ya sabes. Pero ahora ya no hay problema y puedo visitar a grandes amigos que tengo en Estados Unidos. ¡Ya no estoy en la lista negra! ¡Es fantástico!

¿Le gusta el arte de Diego Rivera y Frida Kahlo?

Me gusta mucho el trabajo de Diego Rivera y Frida Kahlo. Creo que son esenciales, pues muestran, de manera muy sencilla, que un artista debe adoptar una causa, algo porque luchar. Es lo que me gusta de los artistas mexicanos, su argumento de servir a la gente. Conoces mis carteles de protesta y sabes que aún sigo peleando. Una de las cosas que me satisface es que en tantos años de trabajo, he tenido la suerte de que las cosas por las que he batallado han dado resultado. Ha habido guerras, injusticias… He sido capaz de generar cambios no solo con mis dibujos, también con mis acciones.

Hablando de esto: ¿cual es su próximo sueño?

Como sabes, soy conocido por mis dichos y uno de ellos es: “Don’t hope hope”. No creo en la esperanza, yo creo en la realidad y no tengo esperanza en nada. Solo vivo como debo de vivir y hago mi trabajo, e intento ser un buen hombre.

Es como su libro Los tres bandidos

Ese libro muestra que puedes ser malo y después bueno, puedes ser ambos. Y una cosa lleva a la otra. Todos mis libros llevan un mensaje.

Y por último: Cuénteme un chiste.

¡Soy muy bueno con los chistes!, me encanta inventar chistes, pero solo me gustan los que yo invento… Ahora no me viene ninguno a la cabeza… Sabes, cada uno de mis libros es un chiste.

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