Lucy Dahl cuenta cómo su padre, Roald Dahl, concibió a “The BFG”

Lucy Dahl fotografiada por Victoria Infante.

Lucy Dahl fotografiada por Victoria Infante.

Por Victoria Infante

Los movimientos de Lucy Dahl son tan sobrios y elegantes que no puedes dejar de pensar en las garzas cuando la ves. Tiene un cuello larguísimo y sus ademanes y sonrisa son como los de las princesas de los cuentos de hadas. En esto quizá se parece más a su madre, la actriz de Hollywood Patricia Neal, que a su padre, el célebre escritor Roald Dahl.

“¿Les puedo contar un poco acerca de The BFG y de mí?”, dice Lucy al grupo de mujeres con las que comparte un desayuno en un restaurante de Los Ángeles a propósito del estreno en DVD de la cinta basada en ese libro. “Fue realmente emocionante haber tenido a Roald Dahl de papá porque todo era un cuento de hadas; en verdad, porque fuimos algo así como sus ratones de laboratorio, por así decirlo”.

Luego explica que el venerado autor usaba a sus hijos para poner a prueba los personajes de sus relatos. “Aunque nosotros no lo sabíamos en ese entonces. Nosotros solo pensábamos que nos contaba cuentos grandiosos y que él creaba todo ese como reino en donde vivíamos”, recordó Lucy. “Así es como era nuestra vieja casa de campo en Bingham (a las afueras de Londres). No era nada elegante. No teníamos mucho dinero”. Ahí es donde “vivía” The BFG, el gigante que protagoniza uno de los cuentos más celebrados del escritor, y a quien la entrevistada considera real.

“Vivía debajo de nuestra huerta de manzanas que estaba próxima al jardín”, dice. “Mi padre solía decirnos alguna idea que estaba preparando. Algunas veces era sobre The BFG, algunas veces era sobre otra cosa en la que estaba pensando”. Lucy tenía unos cinco años; su hermana Ophelia era un año mayor.

Ese fue el origen de una de las historias más populares del autor galés, que hace unos meses fue llevada a la pantalla grande de la mano del director Steven Spielberg. La realización de este filme coincidió con la conmemoración, el año pasado, del centenario del nacimiento del escritor, fallecido en 1990 y creador también de clásicos como Charlie and the Chocolate Factory, James and the Giant Peach y Matilda.

Lucy, de 51 años, dice que su padre, antes de dormirlas a ella y su hermana, les aseguraba que el gigante vendría por la noche a soplarles sueños, tal y como lo hace el singular personaje en la narración, que en español se titula El Gran Gigante Bonachón (publicada por Loqueleo).

 

“Luego de un rato, oíamos un ruido en la ventana. Era mi papá que había dejado una ranura abierta y por ahí metía una caña de bambú; primero soplaba sobre mi hermana y luego sobre mí”, cuenta Lucy.

Cuando surgió la duda en las niñas sobre la verdadera existencia del gigante, Roald Dahl no dudó en “demostrar” que era real, así que un buen día tomó un líquido para eliminar maleza y a escondidas escribió sobre el pasto las iniciales “BFG”.

“Solía decirnos: ‘El día que dejen de creer ya no existirá la magia’. Luego de ese día dejamos de cuestionarlo”, dijo Lucy.

Sin embargo, ese no fue el mayor “problema” entre Dahl y sus hijas. Lucy dice que cuando su padre decidió publicar el cuento del gigante ella sintió una gran decepción.
“De hecho me sentí un poco ofendida cuando puso nuestra historia de la niñez en un libro, porque él era mi BFG y el de mi hermana Ophelia y de nadie más, y de verdad eso no lo quieres compartir”, dijo.

Por suerte, The BFG, cuya historia fue publicada en 1982, ahora le sopla sueños a millones y millones de lectores en todo el mundo.

Victoria Infante es periodista independiente radicada en Los Ángeles. En su blog, www.sermamalatina.com, reseña cuentos para niños y escribe sobre lugares que divierten y educan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *