El reportero estadounidense Robert H. Sherard ha pasado a la historia por haberle hecho a Julio Verne dos de las mejores –y escasas– entrevistas que se conservan con el legendario autor francés.
En enero 1894, Sherard lo entrevistó para la revista estadounidense Clure’s Magazine. Más tarde, en 1903, volvió a charlar con el creador de La vuelta al mundo en 80 días, La isla misteriosa, Un capitán de 15 años, entre otros clásicos de la novela juvenil de aventuras. En esa ocasión, la entrevista fue publicada por T.P’s Weekly.
A continuación, algunos apartes de esas conversaciones de Verne con Sherard:
Entrevista publicada en 1894:
“Cuando escribí Cinco semanas en globo, no pensaba en una historia sobre una ascensión en globo, sino en una historia sobre África. Siempre he sentido una gran pasión por Geografía y los viajes y quise dar una descripción romántica de África. De manera tal que no había otra forma de llevar a mis viajeros hacia África a no ser en un globo, y esta es la razón por la cual introduje un globo en la historia. En ese momento nunca había hecho un ascenso en globo. De hecho, sólo he viajado en globo en una ocasión en mi vida. Fue en Amiens, mucho después de que mi novela fuese publicada”.
“Nunca he estudiado Ciencias, aunque gracias a mi hábito de leer he podido adquirir conocimientos que me han sido útiles. Soy un gran lector y cada ocasión que leo lo hago con un lápiz en la mano. Siempre llevo un cuaderno conmigo e inmediatamente apunto, tal y como lo hacía ese personaje de Dickens, algo que me interese o que pueda ser de posible uso en mis libros. Leo muchas publicaciones como Revue Bleue, Revue Rose, Revue des deux mondes, Cosmos, La nature de Tissandier y L’astronomie de Flammarion. También leo los boletines de las sociedades científicas, sobre todo aquellos de la Sociedad Geográfica. Debo significar que la Geografía es mi pasión y mi tema de estudio”.
“Cuando me quejaba de que mi lugar en la literatura francesa nunca había sido reconocido, Dumas solía decirme: ‘Debías haber sido un autor americano o inglés. Entonces, tus libros traducidos al francés, hubieran tenido una enorme popularidad en Francia y habrías sido considerado por tus compatriotas como uno de los más grandes escritores de ficción’. Pero las cosas son tal y como son, no cuento en la literatura francesa. Quince años atrás, Dumas propuso mi nombre para la Academia y como en ese momento tenía varios amigos en la Academia, entre los que se hallaban Labiche, Sandeau y otros, parecía que era la gran oportunidad para que se determinara mi elección y el reconocimiento formal de mi trabajo. Pero nunca ocurrió. Cuando me llegan cartas desde América dirigidas al Señor Julio Verne, miembro de la Academia francesa no puedo evitar una sonrisa. Desde el día en que mi nombre fue propuesto han habido, desde entonces, no menos de cuarenta y dos elecciones en la Academia francesa que, por así decirlo, se ha renovado completamente, pero sigo siendo ignorado”.
“Las personas me preguntan a menudo, tal y como usted lo ha hecho, la razón por la cual resido en Amiens; especialmente yo, que era tan parisino en mis instintos. Como le he dicho, soy de sangre bretona y adoro la calma y la tranquilidad y nunca podría ser más feliz que estando en un claustro. Llevo una vida tranquila, llena de estudio y de trabajo, es mi deleite”.
Entrevista publicada en 1903:
“Mi héroe, Nemo, es un misántropo, el cual no desea nada que venga de la tierra, toma su fuerza motora y produce la electricidad que necesita, tomando como fuente el mar. Hay bases científicas para eso, porque el mar contiene los elementos que producen la energía eléctrica, así como la tierra tiene también los suyos”.
“Cuando encontré el apellido Fogg me sentí complacido y orgulloso. Fue un gran éxito. Lo consideré como real hallazgo. Y por tanto Fogg –la palabra fog– quiere decir niebla en inglés. Pero fue especialmente el nombre, Phileas el que le dio tal valor a la creación. Sí, los nombres tienen cierta importancia”.
” En esta habitación, están mis libros favoritos, aquellos que son los que más uso. Aquí encontrará toda la obra de Dickens. Como conoce, soy un apasionado admirador de Dickens. Creo que tenía todas las cualidades –la inteligencia llena de humor de Sterne, del cual también soy un gran lector y admirador–, toda la sensibilidad y los loables sentimientos, y personajes, excelentes personajes. Era un escritor pródigo, al igual que nuestro Balzac que creó un mundo sobre el cual se modeló la sociedad de las generaciones que le siguieron
Y, por último, su opinión sobre los libros de Herbert George Wells: “Me enviaron sus libros y los he leído. Es algo muy curioso, y debo agregar que es muy al estilo inglés. Pero yo no veo posibilidad alguna de comparación entre su trabajo y el mío. No procedemos de la misma manera. Sus historias no reposan en bases científicas. No, no hay ninguna relación entre su trabajo y el mío. Hago uso de la Física, él inventa. Voy a la Luna en una bala, disparada por un cañón. No hay invención alguna. Él va a Marte en una aeronave de metal que anula la ley de gravitación. Eso está muy bien, pero, muéstrenme ese metal. Que me lo fabrique”.