Por Paco Abril
Pongamos que me llamo Vanesa y que tengo veintiún meses.
Deseo compartir con vosotros un reciente y fabuloso descubrimiento. Ocurrió poco antes de que mi madre me acostara para dormir. Fue en uno de esos momentos en los que me encontraba intranquila, agitada y sin sueño. Estaba iniciando una protesta por mi incomodidad, cuando mi madre acercó su cara a la mía y me susurró cariñosa: “Lo que tú necesitas para ir al país de los sueños es un cuento”.
Cuento. No sabía lo que ese vocablo significaba, pero tal y como lo expresó mi madre sonaba muy, muy prometedor.
Ella me miró a los ojos y, de pronto, dijo una frase que llenó toda la habitación. Con voz clara, cálida y serena pronunció: “Érase una vez”. Y algo prodigioso ocurrió nada más decir esa fórmula mágica: lo que contaba empezó a cobrar vida dentro de mí. Yo podía verlo, tocarlo, paladearlo, olerlo y sentirlo.
¿Qué poder extraordinario tenía su voz? ¿Cómo era posible que solo con las palabras que salían de su boca yo consiguiera vivir lo que estaba contando? En ese instante supe que esa, sí, que esa magia extraordinaria era lo que ella llamaba cuento.
Ahora todas las noches me dejo llevar por la fascinación de lo que me cuenta, y hasta en el dulce sueño que me invade siempre al final de su relato sigo oyendo la acariciadora voz que me lleva a lugares inesperados.
Un día viajé al país donde viven los monstruos, otro fui con ocho animales a tratar de averiguar a qué sabía Luna, y otro me adentré en un bosque con tres corderitos que, al sentir la presencia de un lobo, se volvieron verdes de miedo.
Ya no puedo dormir sin esa poderosa magia, venga servida por la voz de mi madre o por la de mi padre, pues los dos poseen la misma capacidad de transportarme a lugares que ni te imaginas que puedan existir.
¡Y qué bien se está allí, en ese cobijo construido con palabras, aunque a veces pase un poco de miedo!
Mi descubrimiento no fueron solo los cuentos, sino que la vida entera está metida dentro de ellos. Por eso los cuentos son vida en acción. Os aseguro que puedo quedarme sin comer, pero no sin un cuento. Quiero vivir en ellos.
Ahora estoy más segura que nunca de que mis madres me quieren. Me quieren porque me cuentan cuentos.
Martes, 24 de enero de 2017
Paco Abril (Teruel, España,1947) es un destacado educador, escritor, articulista y promotor de lectura. Es miembro de la Red Internacional de Cuentacuentos. Su libro más reciente es Mitos de Asturias, publicado por Pintar-Pintar Editorial. Este texto, que reproducimos con la autorización de su autor, fue publicado originalmente en su columna Reflexiones de bebés anónimos, que difunde el diario La Nueva España, de Asturias.
Artículo precioso, me interesa mucho el campo de los cuentos infantiles, soy una abuela colombiana y tengo algunos que he escrito para mis nietos.
Hermosa historia,muy buena para introducir una narracion,si me permiten voy a adaptarla para utilizarla y motivar a los padres que me escuchan a contarles cuentos a sus hijos.Gracias.
UNa hermosa forma de descubrir el valor de la narracion
Muy bonito