No hay uno, sino muchos libros que han demostrado, a través de su relación con los niños, poseer un atractivo y una capacidad de seducción fuera de lo común. Uno de esos “infalibles”, publicado por Lóguez Ediciones, de España, es Si yo fuera un león, de la autora e ilustradora Isabel Pin.
Pin nació en Versalles, Francia, en 1975, de madre alemana y padre francés. Estudió ilustración en la École Supérieure des Arts Décoratifs (ESAD), de Estrasburgo, y en la Hochschule für Gestaltung (Universidad de Diseño) de Hamburgo. Actualmente vive en Berlín y ha publicado sus libros en más de 20 países.
Descubrimos la magia de esta obra cuando la cantante, compositora y escritora María del Sol Peralta impartió un taller infantil de animación a la lectura en Miami, invitada por la Fundación Cuatrogatos. Si yo fuera un león, uno de los libros que compartió esa mañana, apasionó de manera especial a los niños y todos quisieron participar de la experiencia de “meterse” dentro de las ilustraciones e imitar los sonidos que emiten diferentes animales. El éxito fue arrollador.
Aunque es difícil igualar la habilidad de María del Sol para comunicarse con los niños, algún tiempo después quisimos probar si el libro volvía a funcionar sin estar acompañado por una mediadora con tantos recursos. Así que lo llevamos a la guardería del Baptist Hospital, en Miami, y se lo presentamos a chiquilines que estaban empezando a decir sus primeras palabras. La experiencia fue increíble y nos permitió ratificar algo más que sabido: cuando un libro hace clic con un niño, hay que léerselo (o mostrárselo) una y otra vez. Esa tarde, todos los bebés demostraron sus habilidades para rugir, maullar, ladrar, gruñir, croar…
Hace pocos días, Cuatrogatos volvió a presentar esta obra en un taller de lectura. Nos preguntábamos si tendría la misma aceptación con un público de estudiantes de entre 6 y 10 años de edad. ¿Resultado? ¡Se divirtieron a mares! Y nosotros también, viendo cómo –unos tímidamente, otros con desenfado– los niños hacían reír a sus compañeros y a los padres que estaban presentes en la actividad con el barritar de un elefante o el balar de una cabra.
Lo mejor de libros como este es que pueden ser muy útiles –verdaderas “tablas de salvación”– cuando un pequeñín se encapricha en hacer justamente lo que los adultos no queremos que haga. Se saca el libro y, como por arte de magia, “lo otro” queda relegado y toda la atención se concentra en sus páginas. Por supuesto, hay que dosificar el uso de este “objeto mágico” y no abusar de él.
¿Qué permite a esta obra de Isabel Pin establecer semejante nivel de empatía con sus lectores? Ante todo, su potencial lúdico: su invitación a entrar en la cultura del juego (¿o en el juego de la cultura?). Su sencillez, reveladora de una inteligente observación de la psicología infantil. Y también la posibilidad que ofrece de desdoblarse, de convertirse en otro (en este caso, en un conjunto de animales domésticos, de granja o de la selva); de socializar y de ejercitarse en el arte de imaginar.
Como decíamos al inicio, Si yo fuera un león es solo uno entre muchos libros que “no fallan” cuando hay que escoger uno para atrapar la atención de los niños y mostrarles, en la práctica, cuán divertidos pues ser estos coloridos objetos de cartón y de papel. Sería bueno que tú, amigo o amiga que estás leyendo esta nota, compartieras con los demás lectores de Cuatrogatos cuál es tu libro “infalible” para cautivar, entretener, deslumbrar o apaciguar a los chicos. Una lista de buenos libros de ese tipo, elaborada a partir de nuestras experiencias personales, puede ser de extraordinaria utilidad.
Me gustan mucho todas las recomendaciones. Para mí hay dos cuentos que me parecen muy divertidos y dinámicos para contar, que invitan a los niños a participar en la narración, son: “¡No dejes que la paloma conduzca el autobús!” y “¡Pato! ¡Conejo!”
Uno que no falla entre los muchos de Babette Cole es Mama puso un huevo,muy divertido y revelador
Entre los que no me fallan está Donde viven los monstruos de Maurice Sendak.
Para mi el libro que nunca falla es “El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza” publicado hace tiempo por Altea. Los niños lo encuentran superdivertido.
Hay dos libros que creo que también son infalibles, han gustado mucho cuando los he contado, uno es: La visita de oso de Bonny Becker y el otro ¡Voy a comedte! de Jean-Marc Derouen, les gusta escucharlos una y otra vez, creo que son adecuados para niños y niñas de 3 a 6 o 7 años.
Otro que no falla es CHUMBA LA CACHUMBA de Ekaré .