Yanitzia Canetti es una de las escritoras y traductoras hispanas del mundo de los libros para niños más conocidas de Estados Unidos. Nacida en la capital de Cuba, en 1967, y graduada de periodismo en la Universidad de La Habana, reside en Boston, Massachusetts, donde trabaja como directora editorial de Cambridge BrickHouse.
La infatigable Yanitzia es la autora de la exitosa colección de cuentos para niños Había otra vez… Publicada por la editorial Everest, de España, la serie está conformada por ocho títulos: Blanca Nieve y los siete gigantones (ilustraciones de Anne Decis), La fea durmiente (ilustraciones de Gustavo Mazali), La peluca de Rapunzel (ilustraciones de Eva Vázquez), Ceniciento (ilustraciones de Teresa Herrero), Aladino y la lámpara espantosa (ilustraciones de Olga Mir), El patito bello (ilustraciones de Marta Costa), Pinocho no era el mentiroso (ilustraciones de Carles Arbat) y Caperucita descolorida (ilustraciones de Luisa Vera). La colección es distribuida en Estados Unidos por Lectorum Publications.
Yanitzia Canetti respondió a este cuestionario que le hizo llegar Cuatrogatos:
¿Cómo surge la idea de la colección Había otra vez…?
Surge de un ejercicio que habitualmente hacía cuando era niña, tal vez una temprana señal de mi espíritu inconforme. Tenía por costumbre cambiar los cuentos para ajustarlo a lo que me hubiera gustado que ocurriera. Cambiaba unos personajes por otros. Cambiaba el principio o, por lo general, el final. Imaginaba a esos mismos personajes en otro escenario, situación o contexto. Lo hacía con todos los cuentos, pero con los cuentos clásicos me daba banquete, porque tenían “tela por donde cortar”. Hace unos años, jugando con mis hijos como yo solía hacer de niña, comencé a hacerles otro cuento del cuento, imaginando todo al revés e imaginándolo en el mundo de hoy, con los valores de la sociedad actual. Así surgió un patito bello, una fea durmiente, un Pinocho sincero, una Blancanieves africana cuya madrastra se mira en un charco y cuyos aliados son siete gigantones, un Ceniciento que sueña con su princesa azul, un Aladino cuya lámpara es espantosa, una Rapunzel sin un pelo de tonta, una Caperucita que en vez de un bosque, cruza el desierto y en vez de un lobo, su encuentro es con un coyote. Me falta aclarar que “cualquier parecido con la realidad, no es coincidencia”.
¿Por qué apostaste por textos rimados?
Surgió así, creo que ni siquiera fue una elección, quizás como otra manera, inconsciente, de cambiar la propuesta original, que es una narración cadenciosa y lenta. Luego me gustó ese ritmo ágil que ofrece el texto en rima. Fluía como una música pegajosa, resultaba fácil de memorizar y reforzaba el humor burlón de esta versión.
¿A qué atribuyes la aceptación que ha tenido la colección entre los niños?
Huy, creo que eso habrá que preguntárselo a los niños, qué sé yo. Puedo solo especular, como una lectora más. Quizás porque existe una referencia conocida con la que los niños están tan familiarizados, o quizás por ese espíritu protestón que hay en ellos de querer cambiar la realidad a su gusto y capricho, o quizás porque toca temas actuales, o será porque les hace reír, o por las rimas, o porque las ilustraciones son un toque maravilloso y bien elegido por los editores, o todo eso junto, o alguna otra cosa que no he considerado.
¿Por qué seleccionaste esos cuentos?
Porque son los más conocidos, los que ha popularizado Hollywood. Estos cuentos causan más gracia si se conoce la versión clásica.
¿Qué aportan el humor y el absurdo a los lectores infantiles?
Supongo que entre esos lectores infantiles, hayas incluido a los adultos también. Cualquier cosa, por dura que sea, se digiere mejor con humor. El humor hace que todo “resbale”. Para los niños, por otra parte, todo tiene sentido, en especial lo absurdo. El disparate y lo imposible forman parte de su mundo. La vida para ellos es un juego donde todo se vale, donde pueden caminar de cabeza, ser “otros”, inventar verdaderas mentirotas, e incluso morir, porque al instante están vivos otra vez.
¿Alguna anécdota relacionada con las reacciones ante estos libros?
Sí, tengo muchas, la mayoría tiernas y graciosas, como la de una niña mulata que gritó “lo sabía, lo sabía” cuando leí en voz alta que Blancanieves tenía la piel oscura, o la de una madre, sobreviviente de cáncer, que se acercó al final de una lectura para darme las gracias por la versión que hice de Rapunzel.
¿Te propones enriquecer la colección con nuevos títulos?
Sí, vienen en camino. Ahora que ya esta colección ha sido traducida a varios idiomas (incluido el chino), publicada en varios formatos y que pronto lanzará versiones interactivas y aplicaciones para computadoras, tabletas y teléfonos, bien vale la pena otra ronda de cuentos. Mi padre me ha pedido que incluya Pulgarcito, que fue el primer libro que leyó de niño. ¡Me aseguraré de que sea más alto que el dedo pulgar!
Digna Castillo, a través de Facebook, me invitó a tu página, Yanitzia Canetti.
Ha sido todo un descubrimiento encontrar tu trabajo y me parece impresionante el giro tan especial e integrador que muestras en él.
¡Enhorabuena!
Muchísimo éxito y un gran saludo.
¡Bien, Yani! Sigues haciendo de las tuyas.
Gracias, amiga. ¡Tú sí que eres maravillosa!
Impresionada con tanta creatividad! Definitivamente los quieto todos. Quiero que mis chicos se los disfruten lo antes posible. Es un éxito que deber de ser compartido con todas las maestras latinas. Felicidades colega!
Muchas gracias, Erika, eres muy amable. Me encantará saber qué opinaron tus chicos al final de la lectura. Pueden escribirme. Les responderé. Un abrazo.
Yany me siento tan orgullosa de ti compatriota Bella . Y es un honor tener tu amistad mi nina Preciosa. Mi Dios permita hagas millones de bellos libros para los pequenos , te lo auguro 🙂 …
Gracias, Amanda, una alegría ser también tu amiga.
Pero que colección tan bella. Y de la mano de Yani, estoy segura que la voy a disfrutar mucho y me voy a convertir en niña otra vez.
Gracias, mi Vero, pero lo de convertirte en niña… humm, ¡ya lo eres!