Ojo avizor

Hay libros que nos entran por los ojos. Por lo general, son aquellos que llevan en la portada una imagen tan atractiva, que no podemos resistirnos a la tentación de acercarnos a ellos. Eso sucede con Pajarario, de Alejandra Acosta, una colección de dibujos unidos entre sí­ por el motivo de las aves chilenas que son reinterpretadas y vistas a través de un lente poético y surrealista, no exento de una dosis de lirismo y de humor.

Según la definición dada por Acosta en una de las solapas del libro, el término -pajarario  se refiere a una -colección de nostalgias y paisajes interiores  y, también, -a un lugar indefinido donde habitan todas las historias . Ambas acepciones se ajustan a esta obra, que apela al poder evocador de la palabra y de la imagen. Mediante el diálogo enriquecedor que sostienen ambos elementos en las páginas del libro, se generan nuevas connotaciones y emociones que en su contrapunteo, van sacando a la luz esos relatos del alma que cada quien lleva en su interior. Una propuesta con potencial para atraer a lectores de diversas edades, pero que valdrí­a la pena poner en manos, especialmente, de los lectores jóvenes.