Niño cuervo

Niño cuervo. Taro Yashima

Niño cuervo, del japonés Taro Yashima, es la conmovedora historia de un niño diferente. En el colegio le llaman "Chibi", que quiere decir "niño pequeñito". -Chibi  no logra aprender nada y es incapaz de hacer amigos. En la escuela, su comportamiento es distinto al de los demás. Se pasa las horas de lección mirando por la ventana u observando con detenimiento el techo. A veces se queda absorto contemplando la madera de su pupitre; otras, se finge bizco. Pero eso sí­, nunca falta a clases. Cuando el grupo de "Chibi" llega al sexto grado, se produce un cambio de profesor. Al nuevo maestro le gusta llevar a sus estudiantes de paseo por el campo. Durante estas salidas, todos descubrirán las tantí­simas cosas que sólo "Chibi" sabe acerca de la naturaleza y, en la representación anual, él pondrá de manifiesto una rara habilidad para imitar las voces de los cuervos. 

Yashima narra la historia sin elementos superfluos ni circunloquios. Del mismo modo construye las imágenes mediante grandes pinceladas de color y fuertes trazos negros. La gama escogida por el artista es contrastante e inusual (lo mismo que el curioso personaje protagónico de su relato): combina, y a veces entremezcla, magenta, negro, amarillo y azul, salpicados con algunos toques de verde. Su trabajo tiene el sello de la pintura tradicional japonesa, pero abordada desde una perspectiva contemporánea.

Este libro vio la luz en 1955 y obtuvo una mención de honor en la medalla Caldecott. 

Sergio Andricaí­n