Como parte de su programa para la promoción de la lectura y la escritura, el Centro Cultural Español de Miami realizará el próximo lunes 12 de abril, a las 7 de la tarde, la presentación del libro Mi última clase, de la escritora cubana Daisy Valls, cuento ganador del certamen de narrativa Migraciones Mirando al Sur.
Participarán en el acto la autora, Javier Usero Vilchez y Sergio Andricaín. La entrada es gratuita. La dirección del CCE es 800 South Douglas Road No. 170, Coral Gables.
Cuatrogatos envió cuatro preguntas a Daisy, que ella tuvo la amabilidad de contestar sin tardanza:
¿Qué es Mi última clase?
Mi última clase es un cuento que presenta una experiencia difícil para una adolescente de catorce años: La deportación de su madre a Honduras, su país natal. La protagonista, Solángel Murillo, vive de golpe esta situación mientras echa mano a los recuerdos de la infancia, a los recursos que le proporcionan ciertos personajes de la literatura infantil que aún la acompañan y que hacen posible un final esperanzador. El Pájaro Azul, en un sueño o una visión, es quien la guía. No es una historia real, pero se basa en elementos de la realidad combinados con matizaciones y rejuegos propios de la fantasía infantil.
¿Cómo nació este libro?
Lo escribí para participar en el concurso Migraciones: Mirando al Sur, auspiciado por el Centro Cultural Español de Miami y la AECID. El día que salió la convocatoria tuve tres llamados: Temprano en la mañana Eduardo Carballo me la puso en mis manos; al mediodía, Javier Usero me habló del concurso, y por la noche Marta Cabrera me la envió por correo electrónico. Esos tres amigos me dieron no solo la noticia, sino el impulso. También mis estudiantes del Programa Internacional en Coral Way K-8 Center, a quienes leí el cuento. Recuerdo la opinión de Patricio Acevedo, quien dijo que el final era hermoso porque la niña tenía esperanzas.
¿Qué significado tiene este premio?
En lo personal, el premio me ha servido como un motorcito que ha roto la inercia de varios años no solo sin publicar, sino aun sin escribir. Una urgencia interior me iba dictando el texto. Con solo haber sentido nuevamente el proceso de creación, ya era más que suficiente; pero ver que luego las cuartillas se convirtieron en libro ha sido doblar el premio.
¿Proyectos literarios inmediatos?
Sí, el motorcito aún tiene combustible. Y de la combustión han salido algunas cosillas todavía inéditas: Poesía para niños, una novelita de aventuras para adolescentes, etc. Están en mi gaveta. Ojalá pronto pasen a la del editor.