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Foto: Anxo Cabada.
Antonio García Teijeiro: "Mantengo que, en el fondo, todos somos poetas"
Sergio AndricaínNacido en Vigo, Pontevedra, en 1952, Antonio García Teijeiro es una de las principales voces de la literatura para niños y jóvenes en Galicia y España. Dentro de su producción sobresale la trilogía formada por los libros En la cuna del mar, Poemar el mar y Versos do mar. Con la segunda de estas obras obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de su país y, posteriormente, el Premio Fundación Cuatrogatos. Su bibliografía incluye, además, títulos como Na fogueira dos versos, En voz baixa, Os peixes de cores, Chove nos versos, Bicos na voz. Besos en la voz, Honorato, o rato namorado, Verbas de sal y Recendos de aire sonoro. En el año 1996 ganó el Premio Merlín de literatura infantil.
Las respuestas de García Teijeiro al siguiente cuestionario ponen de relieve que, más que un escritor que publica libros de versos, es alguien que vive en y por la poesía y que comparte, a través de la literatura, esa experiencia cotidiana.
¿De qué forma definirías la poesía? ¿Cómo describirías tu relación ella?
No creo en la definición de poesía. Cuando se la intenta definir, lo que se hace es poesía. La poesía está en nosotros; está en la calle; está en el aire, en el mar”¦ La poesía nos permite centrar la atención en las pequeñas cosas, conocer el mundo que nos rodea, abrir ventanas, agrandar nuestro campo de visión, conocernos más íntimamente. Mantengo que, en el fondo, todos somos poetas.
Mi relación con ella es muy profunda. Ella dio sentido a mi vida. Soy lo que soy gracias a la música y a la poesía. No puedo vivir sin poesía. Me sacudió en su momento y me acaricia continuamente en mi vida cotidiana.
¿Cuándo y por qué comenzaste a escribir versos para niños?
Comencé a escribir versos para niños cuando me di cuenta de que la poesía era algo esencial en su formación. Como docente, lo entendí enseguida. No estaba dispuesto a que pasasen por la escuela de espaldas a ella. Sería un fracaso pedagógico grande. No deseaba, bajo ningún concepto, que les ocurriera lo que nos ocurrió a los de nuestra generación que crecimos yermos en este y en tantos otros campos. Noté muy pronto lo mucho que disfrutaban con los versos. Entonces me propuse escribir yo pensando en ellos y ellas. Probé, sentí que tenía algo que aportar y ya no he parado. Son muchos años ya, con mi mochila al hombro cargada de versos. En el fondo escribo lo que me gusta para el niño que, afortunadamente, todos tenemos dentro a pesar de los años.
¿Cómo suelen nacer tus poemas?
Nacen de la vida en sus múltiples facetas. Siempre digo en mis encuentros y talleres que el escritor, además de leer, debe andar por la vida con los ojos muy abiertos, con los oídos muy atentos y con el corazón permeable a lo que ocurre a su alrededor. Como decía mi querido Rafael Alberti, “ser poeta en la calle”.
Mis poemas nacen del día a día, de mis lecturas y de la música que escucho. Un verso, una noticia, una palabra, un gesto son capaces de generar uno o varios poemas.
¿Por qué la insistencia en el mar como motivo literario?
Vivo en una ciudad de mar, Vigo. Llevo el mar muy dentro. El mar son recuerdos infantiles, lugar de abrazos y de calma, refugio de momentos difíciles y gozosos, arranques furibundos de vez en cuando. El mar es vida. Siento que me habla, que sus olas me llaman, que se ríen y me dan ánimo cuando lo necesito. Está siempre ahí con sus ojos a la espera de cariño, dispuesto siempre a convocarme. Se mueve y no se mueve. Es poseedor de gracias y desgracias, pero conserva un embrujo que, una vez tocado por él, no puedes prescindir de su aliento. Tenerlo cerca forma parte de mi intimidad y me dejo caer en su regazo con mucha frecuencia. Lo necesito. Y dicho todo esto, ¿cómo no va a ser motivo literario para mí? Imposible.
Háblanos sobre tu trilogía poética sobre el mar. ¿Fue un proyecto intencionado o los libros fueron surgiendo y uniéndose para conformar una trilogía? ¿Qué distingue a cada volumen?
El mar siempre ha estado presente en mi obra. Pero es cierto que nunca le había dedicado un libro enteramente al mar. Era una deuda que alguien me comentó y me llevó a la reflexión. Tenía un libro comenzado en castellano y probé a continuarlo. Quedé suficientemente satisfecho y lo terminé. Nació así En la cuna del mar. Sin embargo, la fuerza creativa que latía en mi interior me llevaba a escribir sobre el mar en gallego. Faltaría más. Me puse y nació Poemar o mar. Y sentí que tendría que seguir creando de manera imparable. Los poemas seguían fluyendo. Palabras do mar asomó sin pedir permiso y decidí poner punto final al proyecto. Nacía una trilogía y me sentí inmensamente feliz.
¿Qué los distingue? En la cuna del mar fue el descubrimiento de la capacidad personal para poetizar algo que me conmueve en lo más hondo. Poemar o mar me permitió adentrarme en el mar y sus misterios, además de presentarlos de diferentes formas. Y Palabras do mar creo que es el más lúdico de los tres. No sé, a lo mejor no es así pero fue como lo sentí.
¿Qué reacciones te gustaría que despertara entre los niños la lectura de Poemar el mar?
Sin dudarlo, emoción. No creo en la poesía exenta de emotividad. No quiero que los versos se conviertan en algo frío, muy bien construidos pero sin alma. Por ello, creo en la belleza de las imágenes, en el ritmo poético, en la flexibilidad de percepciones, en la música, en abrir puertas a otros u otras poetas. Compartir emociones es algo muy hermoso. Y todo a partir de la palabra, unos de los bienes más preciados que tiene el ser humano. Y a través de ella, señalar, criticar, evocar, elogiar, emocionar”¦ Que disfruten de esos versos mojados en salitre y que sientan el mar poético que les habla al oído o en voz alta para que sean más reflexivos y felices.
Los versos de Poemar el mar fueron escritos en gallego y nosotros los leímos en español. ¿Qué perdieron y, tal vez, qué ganaron al volcarlos de una lengua a otra?
Siempre se pierden matices, sin duda alguna. Pero, la verdad es que estoy muy satisfecho de la traducción. Nos guste o no, necesitamos las traducciones para llegar más lejos en nuestra visión de la poesía. ¿Ganar? Tal vez la posibilidad de que haya más lectores que se ilusionen con la poesía y con temas que les son más ajenos. No sé, aunque pienso que hacer el esfuerzo de leerlos en gallego no es algo imposible y resulta muy enriquecedor.
¿Es posible enseñar a gustar de la poesía y a apreciarla desde pequeños? En caso de que sí, ¿qué debe hacerse para lograr la formación de esos lectores?
Sin lugar a dudas. Lo principal es crear la necesidad poética. Es imprescindible la labor de los mediadores, personas que crean en lo que hacen y dispuestos a motivar ”“o contagiar”“ lo que la poesía, con su magia, puede proporcionar a los pequeños. Sin eso, es muy difícil. Y, partiendo de ahí, presentar fórmulas poéticas atractivas. Pienso, por ejemplo, en la poesía tradicional. Mostrarles el lado lúdico, rítmico, musical de las adivinanzas, los juegos de corro, las fórmulas de sorteos, el humor de las mentiras”¦ Leer en voz alta, hacerlos participar con voz y gestos. Que jueguen y que entiendan la oralidad como algo sugestivo. Después presentarles poetas que, desde el respeto y el cariño hacia ellos, escriben pensando en la infancia. Y así, poco a poco se van ilusionando y llegan a hacer propios los poemas. El terreno estará abonado y a esperar los frutos que no suelen tardar en llegar.
¿Qué autores de poesía para niños recomendarías a nuestros lectores? (¡De recomendarte a ti nos encargamos nosotros!)
Hay tantos y tantas”¦ que no me atrevo a dar nombres porque, seguramente, me iba a dejar alguno en el tintero. Y no sería justo. Yo recomiendo que busquen autores y autoras, que los lean y que capten la emoción que le producen al lector. Las imágenes, los juegos de palabras, la musicalidad”¦ son algo que deben buscar los que están interesados en este género. Calidad hay mucha y posibilidades de informarse, también.
¿Consideras que hay un repunte de la edición de libros de poesía en español para niños y jóvenes en la actualidad?
Quiero pensar que es así, pero tampoco lanzar las campanas al vuelo. Tenemos mucho que mejorar en este aspecto. Creo que la edición en España tiene mucho potencial para ignorar un género tan importante en la formación de las personas como tales. Y se debe prestar atención a niños/as y jóvenes para que puedan acceder a la poesía con menos dificultades y sin complejos. Cuando gané el Premio Nacional dije a los cuatro vientos que me sentiría el doble de emocionado si el galardón servía para que la poesía estuviese más presente en escuelas, bibliotecas y en los hogares.
¿Cómo valoras el panorama actual de la literatura gallega para niños y jóvenes?
Extraordinario. No tiene nada que envidiar, ni mucho menos, a cualquier literatura que se haga actualmente. Los premios pueden ser un indicador de ello, pero, sobre todo, la variedad de géneros, de estilos, de discursos literarios que nos encontramos en Galicia. Se respeta a los que iniciamos el camino y cada vez aparecen mejores escritores y escritoras jóvenes que siguen la estela y, a la vez, abren nuevos caminos a la creación. Y siempre con la calidad literaria bien presente. Soy muy optimista en este campo.