Ralf.

Ralf. Jean Jullien

En medio de tantos libros ilustrado pretendidamente -para niños , pero que en realidad parecen concebidos para atraer y cautivar a los lectores adultos encargados de escoger libros para los más chicos, resulta muy refrescante encontrar en el camino una obra como Ralf. (sí­, así­, con un punto), el primer álbum del ilustrador francés Jean Jullien.

Se trata de una propuesta que recrea el imaginario infantil de forma sencilla, lúdica y contundente. Justo el tipo de creación a la que parece aludir la especialista Joí«lle Turin al comentar, en una entrevista, que un libro para niños es aquel "que le habla al niño en lugar de hablar sobre el niño , un libro "que instaura una complicidad y una relación de confianza entre el lector, el autor y los personajes . Esos requerimientos los reúne, con mucho encanto y sin complicaciones, esta simpática historia de un perro salchicha que, a causa de la forma alargada de su anatomí­a, resulta una incomodidad para la familia con la que vive. Sin embargo, todo cambiará la noche en que Ralf, condenado a dormir en su caseta en el patio, descubre que la casa de sus dueños se está quemando. Con un giro humorí­stico e hiperbólico, el perro pasa a ser un héroe gracias, justamente, a su cuerpo y a la sorprendente capacidad de que hace gala para alargarse y alargarse por obra y gracia del amor.

Colores planos en una gama muy reducida, fondos negros y gruesas lí­neas del mismo color para enmarcar las figuras y los escenarios constituyen la propuesta formal de Jullien en este divertido libro para niños-niños y para adultos que no están a la caza de sí­mbolos, subtextos y correlatos, que contó con la colaboración de Gwendal Le Bec en la creación del argumento y el texto. ¡Trí¨s bien!

Javier Gómez