Hilo sin fin

Hilo sin fin. Mac Barnett / John Klassen

Un libro ilustrado que llega al mercado acompañado de un reconocimiento en el prestigioso premio Caldecott “bien sea la codiciada medalla o una mención de honor “ siempre despierta curiosidad. Y es que, desde que se creó en 1938, este importante galardón ha sido otorgado a obras que hoy se consideran clásicas dentro de la literatura infantil, como Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak; El expreso Polar, de Chris Van Allsburg, o Silvestre y la piedrecita mágica, de William Steig. Y tí­tulos tan relevantes como Sapo y Sepo son amigos, de Arnold Lobel, y Frederick, de Leo Lionni, obtuvieron menciones en el momento de su aparición. Con el aval del exigente jurado del Caldecott 2013, Hilo sin fin, de Marc Barnett (texto) y Joan Klassen (ilustraciones), bien podrí­a estar llamado a convertirse también, por su encanto y originalidad, en un futuro clásico.

El libro tiene como protagonista a Anabel, una niña que, en una tarde de invierno, en medio de la nieve, descubre una misteriosa caja con hijos de distintos colores en su interior. Anabel decide tejerse un suéter y, como le sobra hilo, le hace también uno a su perro Nic. En vista de que el hilo de la caja parece no tener fin, sigue tejiendo y tejiendo suéteres para las personas, los animales, las casas, las camionetas... Anabel llena de colores su pueblo, y su fama y la curiosidad por su caja mágica se extienden por el mundo. Hasta que un archiduque hace su aparición, decidido a comprarle su inagotable caja de hilos a como dé lugar. Un desenlace en el que las ilustraciones desempeñan un papel narrativo protagónico cierra poéticamente este refinado e ingenuo cuento de hadas contemporáneo.

Las delicadas y humorí­sticas ilustraciones transitan del blanco, el negro y los grises a una gama de sutiles colores pasteles. El relato verbal, conciso e ingenioso, invita a ser leí­do en alta voz en la fluida traducción al español de Teresa Mlawer. Con una estupenda integración de texto y gráfica, este álbum es un poético elogio de la creatividad; una propuesta excelente para los más chicos de la casa, que los adultos seguramente también disfrutarán.

Javier Gómez