Ojo avizor

Los frágiles, novela de la autora francesa Cécile Roumiguiére, cuenta la historia de Drew, un joven que navega, a la deriva, en la tormenta de una adolescencia difícil y marcada por su propio nacimiento. El hecho de ser un hijo no deseado establece una dinámica tortuosa con Cédric, su padre, un hombre racista, colérico, incapaz de quererlo sin exigencias y devenido especie de verdugo moral y espiritual para Drew. Este padre espera que su hijo se convierta —ya que existe y desbarató la relación de macho enamorado con Cindy, su mujer, la madre de Drew— en un hombre fuerte, vencedor y recio, que le traiga trofeos deportivos. 

Drew es todo lo contrario de lo que demanda Cédric: es un “frágil”, un chico perdido en su abismo interior, protegido malamente por su madre y consentido de alguna forma por Mariji, una abuela enredada en un pasado hippie. Pero afortunadamente también existe Sky, otra persona clave en la vida de Drew y su alma gemela. Es ella quien lo ayuda a sobrevivir a sus silencios y también quien da un primer beso a este frágil capaz de autoagredir sus brazos con colillas de cigarros encendidos. 

Narrada de manera cinematográfica, enriquecida por las referencias musicales que suenan en los oídos de Drew y con un manejo impecable de los tiempos de acción, Los frágiles es lo que se dice una historia redonda. Todo parece estar expuesto desde la primera página, pero el libro depara sorpresas al lector  y lo conduce a través de los diversos caminos emocionales por los que transitan sus personajes. Sin dudas, se trata de una excelente opción de lectura, intensa y retadora, para aquellos jóvenes adultos, y los no tan jóvenes, que deseen sumergirse en un viaje humano por la vida de un adolescente “diferente”. Una última cosa: resulta un delicioso acento dramático ese destino que la autora da al trofeo deportivo tan esperado por Cédric...