• Libro secreto de los duendes

    Sergio Andricaí­n
    Ilustraciones de Ana Marí­­a Londoño. Colección Que pase el tren. Bogotá: Panamericana Editorial.

Unas palabras sobre Libro secreto de los duendes

Carlos Pintado

Tomé té de trébol y me entrebolé ¦
Sergio Andricaí­n

Libro secreto de los duendes, del escritor cubano Sergio Andricaí­n, parece tomar por axioma una frase de Borges: "solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria" hasta revelarnos toda una urdimbre de poemas, cuentos, adivinanzas y trabalenguas que hacen de él una joya de la literatura infantil en cualquier idioma, en cualquier tiempo. Pero la imaginación y la memoria at their best.

¿Hasta dónde puede llegar un poeta como Andricaí­n en su deseo de mezclar leyendas y personajes de la literatura universal con sus propios personajes? ¿En qué retablo mágico se oculta este escritor que arma, con precisión de demiurgo moderno, uno de los libros más bellos que se han escrito para niños en los últimos tiempos?; pero, ¿para niños solamente?, me pregunto, comprendiendo que yo mismo he caí­do en la trampa. Libro secreto de los duendes rehúye toda clasificación facilista: que nos muestre todo un mundo de duendes, magos, unicornios y demás criaturas fabulosas, aderezados con ingeniosas adivinanzas, anuncios clasificados dictados por gnomos y hadas, baladas cantadas por dragones viajeros o romances entre duendes y sirenas, hará pensar, erróneamente, que es un libro escrito solo para niños; que se proponga el autor enseñarnos esta su revisitación de los mitos (en sus páginas coinciden el rey Arturo, Lancelot, Percival y Galahad con chichiricúes y alguna que otra "delicia culinaria") por medio de un lenguaje originalí­simo y luminoso en el que no falta ni sobra siquiera una coma, hará que más de un adulto revalore ese viejo prejuicio que impide a veces a los hoy lectores de Ulysses o Crónica del pájaro que le da cuerda al mundo atreverse a dar el viaje "a través del espejo".

Citar piezas ya antológicas de este libro es correr el peligro de no mencionar otras que lo son por igual o que, después de hacerlo, algún emocionado lector me increpe con su lista personal, pero, aun así­, corro el riesgo. ¿Cómo no mencionar el humor desbordante de "Los duendes mentirosos" o de "De cuando una familia de duendes nipones salió de viaje" (ya solo el nombre de los duendes promete una fiesta de humor e imaginación) o ese trabalenguas con que comienza: "Tomé té de trebol y me entrebolé. / ¿Quién será el desentrebolador de duendes que me desentrebolará? / Quién me desentrebole, / buen desentrebolador de duendes será". Pero el autor no deja que nos regocijemos en la sorpresa y nos lanza "Palabras mágicas" que nos permitirán aparecer y desaparecer en cualquier momento como por acto de magia (no voy a revelarlas aquí­, ni a ellas ni a las situaciones tan especí­ficas en las que deberán ser pronunciadas para que el conjuro funcione). "El pájaro lira" es, a no dudarlo, una de las más bellas piezas poéticas de este cuaderno, que todaví­a en este punto no sé si clasificar de prosa, poesí­a o acertijos o canciones. Un hí­brido de todo esto, termino por decirme, temiendo que el autor se me aparezca con su corte de traviesos duendes para halarme las orejas.

Evito, por consiguiente, la clasificación y me quedo en que es un libro bello, novedoso y, sobre todo, entretenido (que acaso sea la mejor virtud que pueda tener un libro), elaborado con la voluntad de contar y entretener a la manera de Las Mil y una Noches. No me extrañará que el libro desaparezca de los estantes para luego aparecer en otros sitios; no me extrañará encontrarme con algún chico repitiendo alguna de sus cancioncillas y poemas en la oscuridad de un ropero, como tampoco me extrañará la noticiade que en algún lugar del mundo han llevado a la escena "De cuando el duende Qu ayudó a su ahijado Sálim a casarse con la hija de un califa", cuento que cierra magistralmente este libro y que tan solo con él bastarí­a para que Andricaí­n tenga un lugar en el pabellón de los buenos escritores para niños. 

En este año se me ha pedido que nombre los mejores tí­tulos de libros que he leí­do. Como un fogonazo de luz han pasado por mi memoria novelas, libros de cuentos, algún que otro poemario náufrago y libros de ensayos; pero es, sin embargo, Libro secreto de los duendes el que persiste en mi memoria, el que parece lanzarme un guiño cuando lo miro confundido entre otros tí­tulos de vestiduras "más adultas", seguro del tesoro que guardan sus páginas. Y last but not least, habrá que mencionar el trabajo de la ilustradora Ana Marí­a Londoño, que ha sabido llevar la música y el encanto de las palabras a ese reino de la imagen que el libro merece. Libro de secretos, es cierto, pero de secretos a voces.