'Superman Comics', No. 1, 1939.
  • 'Superman Comics', No. 1, 1939.

Superman, y otros héroes, al rescate

Irene Vasco

Superhéroes redentores

Es inherente a la naturaleza animal sentir miedo y buscar refugio ante los peligros. Es inherente a la naturaleza humana recrear simbólicamente el miedo y buscar refugio en expresiones artí­sticas, de mayor o menor elaboración o calidad estética. La búsqueda de redentores, de espí­ritus amigos que aseguren la supervivencia, que venzan las amenazas, reales o imaginarias, de conjuros que atenúen el terror, de rituales que congreguen, son manifestaciones culturales que ayudan al hombre a poner orden en las estructuras sociales con el fin de garantizar el transcurrir armónico de la vida de la comunidad.

Mitos de origen, religiones, magia, cuentos y leyendas, hacen parte de estas manifestaciones que vienen desde la antigüedad, tomando formas diversas, de acuerdo a las diferentes regiones, entornos y necesidades de las agrupaciones. Y como parte fundamental de estas manifestaciones, están los héroes, legendarias figuras que suelen detentar poderes sobrenaturales, garantizando el triunfo contra los males y el castigo para quienes rompen las reglas del juego. Los héroes deben poseer poderes superiores a los del común de la gente, y tienen que actuar sabiamente, inteligentemente, sin perder de vista su función redentora.

Por supuesto, y para otorgarle calidad humana a los héroes, ellos también tienen debilidades, son vulnerables a ciertos elementos. Sin esta posibilidad de caer, los héroes llevarí­an sobre sus hombros responsabilidades imposibles de satisfacer y no podrí­an ser perdonados cuando, de vez en cuando, no pudiesen concluir sus compromisos.

Héroes contemporáneos

El hombre del siglo XX, a pesar de sus avances tecnológicos y cientí­ficos, en muchos sentidos sigue siendo igual al hombre primitivo. A pesar de su mirada cerebral, de su inquietud por respuestas verificables en laboratorio, no ha podido liberarse del miedo a lo desconocido y sigue recurriendo a los héroes que, aunque se vistan de manera diferente, siguen cumpliendo las mismas funciones.

Uno de los héroes del siglo XX con mejor prensa, con mayor divulgación y asimilación mundial, gracias a los medios masivos de comunicación, es Superman y toda su saga de superhéroes hijos de esta historieta.

Corrí­an los años de post Primera Guerra Mundial. La economí­a de los Estados Unidos habí­a colapsado. Eran tiempos de hambre, de la Gran Depresión. Adicionalmente una segunda guerra se sentí­a en el ambiente. En Europa los discursos de Hitler despertaban nuevos odios... y nuevos temores. Los Estados Unidos intentaban mantenerse al margen, pero la industria productora de armas, poderosa generadora de dólares, pedí­a a gritos que las guerras continuaran para satisfacer su mercado.

El escenario no solo era propicio para la llegada de Superman: un campeón de la justicia, salvador de los oprimidos, tení­a que aparecer de la nada para ofrecer bienestar y esperanza a los norteamericanos de clase media. De esta manera, de las manos de Jerry Siegel y Joe Shuster, estudiantes de bachillerato, en junio de 1938, Superman, el Hombre de Acero, vio la luz por primera vez como tira cómica diaria en las publicaciones periódicas del momento.

Superman, el hombre de acero

Son tres los nombres de Superman:

Kal-L es su nombre de origen, el kriptoniano, nombre puesto por sus padres Jor-L y Lora al nacer.

Clark Kent es el nombre que le dan sus padres adoptivos cuando lo encuentran cerca de la granja en donde viven. Allí­ vive toda su juventud hasta que se muda a Ciudad Metrópolis, en donde ejercerá para siempre como un tí­mido reportero, conservando la identidad secreta de Clark Kent.

Superman, el Hombre de Acero es su verdadera identidad, la que lo convierte en héroe.

Superman responde al prototipo de perfección para la sociedad norteamericana. Tiene una familia conservadora, ni rica ni pobre, que vive confortablemente, que lleva una vida de acuerdo con los valores propios de la comunidad. En una palabra, Superman es el sueño americano.

Superman es criado dentro de estos patrones y su actitud será siempre la de defensor de lo establecido, sin intentar hacer cambios de ninguna clase. Los enemigos de Norteamérica serán sus enemigos a lo largo de las décadas, sin que ninguna convicción propia tenga derecho a despertarse.

Durante la larga vida de Superman, se pueden apreciar algunos aspectos que se han mantenido recurrentemente:

  • La identidad secreta: el reportero del diario El Planeta, Clark Kent.
  • La lucha permanente contra el mal, personificado de diferentes maneras, según la época.
  • La vulnerabilidad ante la presencia de kriptonita, es decir, ante fragmentos de su planeta natal, Kriptón.
  • Su eterna enamorada, la intrépida compañera de trabajo Luisa Lane.
  • La amistad con Jimmy Olsen, el fotógrafo del diario.
  • El refugio secreto escondido en la nieve.
  • Los viajes a su planeta natal. 
  • A partir de la creación de Batman, su amistad combinada con una gran rivalidad.

Algunos de los principales poderes otorgados a Superman, que pueden ser considerados como elementos de la literatura de ciencia ficción, son:

  • Superfuerza.
  • Vuelo.
  • Visión rayos X.
  • Superoí­do.
  • Lectura rápida.
  • Comprensión de lenguas diferentes.
  • Movilidad en el tiempo.
  • Velocidad.
  • Producción de frí­o extremo.
  • Producción de calor extremo.
  • Invulnerabilidad (excepto ante la kriptonita).
  • Autohipnosis para bloquear sus poderes y competir con los amigos en igualdad de condiciones.

A través del tiempo

En un recorrido por las historietas a lo largo de sus publicaciones, es posible dividir la vida de Superman en tres grandes épocas:

1943: Superman viaja a Europa, en plena Segunda Guerra Mundial a enfrentar a Hitler, Sojo y Mussolini, quienes, en un acto de extrema crueldad, han secuestrado a Papá Noel para que los niños del mundo se queden sin regalos. Por supuesto, Superman sale victorioso y termina por ayudar a Papá Noel a conducir el trineo porque está atrasado en su trabajo.
En esta historia es interesante observar los siguientes elementos:

  • La escenografí­a es pobre, los decorados son sencillos y no indican nada sobre los puntos geográficos.
  • La moda de la época, los vestidos, los peinados, las actitudes corporales están bien reflejados.
  • Los medios de comunicación son pocos: radio y prensa. Superman y los reporteros de El Planeta se enteran de las noticias de Europa a través de la radio.
  • Los medios de transporte son básicamente los de guerra: aviones, barcos, submarinos y algunos automóviles, todos con modelos de la época.

1970: La escenografí­a es más elaborada. Se siente que la ciudad de Nueva York es el marco de la historia. Se ve la arquitectura de las casas y la silueta clásica de los edificios.

La moda hippie es evidente, los habitantes pasean en bicicleta y se divierten en piscinas.

Todaví­a no hay computadores en las oficinas, sino máquinas de escribir. Los conflictos juveniles del momento hacen parte de los argumentos.

Revisando algunas de las historietas de los setenta, se observa como la cultura se refleja:

  • La lucha norteamericana, es decir, la de Superman, ya no se centra en los nazis, sino en posibles enemigos que atenten con armas quí­micas, atómicas y de alta tecnologí­a.
  • Superman tiene dudas existenciales: se pregunta sobre su rol y sobre sus actuaciones. -¿He hecho buen uso de mi poder?, ¿he permitido que la humanidad sea autónoma o la he hecho dependiente de mí­?, ¿hasta dónde debo intervenir? .
  • Superman lucha contra daños ecológicos, regaña a los hombres por los desastres que produce.
  • Superman tiene conciencia social y protege a los chicanos, inmigrantes ilegales, que trabajan en condiciones de esclavos para los terratenientes norteamericanos.
  • Aparecen personajes negros como reporteros en El Planeta.

En estas aventuras, la ciencia ficción se manifiesta en los siguientes -avances tecnológicos :

  • Máquina del tiempo para ir al pasado y al futuro.
  • Sistema para captar mensajes y decodificarlos.
  • Lí­quido atrae-peces.
  • Casco para recuperar la memoria en imágenes tridimensionales.
  • Viajes interplanetarios.
  • Ciclotrón (pila atómica).
  • Robots para realizar tareas domésticas.
  • Vitaminas y hormonas para tener superfuerza.
  • Rayos de vulcanita para debilitar a los malos y mantenerlos inactivos.
  • Imágenes de una ciudad del futuro, flotante, sin carros.
  • Transmisor que puede proyectar imágenes de fotones solidificados que destruyen todo por contacto.
  • Fórmula para transformar células a impulsos eléctricos.

1990: Clark Kent es fuerte, elegante, asiste a eventos con empresarios y polí­ticos y ¡usa cola de caballo! Superman, por supuesto, tiene el pelo largo.
En estas historietas los peores enemigos son las armas atómicas y los terroristas. La conciencia de Superman se divide entre la paz y la violencia. Jaime Olsen es un desempleado que vaga por las calles, comiendo en los centros de ayuda para mendigos, como un indigente más.

Los avances tecnológicos más evidentes son:

  • Robot regenerativo con circuito receptor de microondas. Centro móvil de mando (como el de la NASA).
  • Collar regulador de energí­a.
  • Caza-buscadores robots, que combinan sistemas armamentí­sticos con rutinas de inteligencia artificial.
  • Rayos plasma concentrados.
  • Lentes de contacto que permiten ordenar a un computador-transmisor.

Casi en el 2000: En los últimos años, la imagen de Superman cambia radicalmente: los dibujos son atiborrados, la diagramación es caótica y los escenarios no se pueden identificar. Las historias son incompresibles, con personajes que se entremezclan sin ton ni son, que hablan en un lenguaje coloquial indescifrable.

Y ni qué decir de Superniña, la dulce y un poco ingenua prima de Superman. De su carácter original no queda nada en los últimos años. Actualmente se debate en una doble personalidad, la de Superniña y la de Linda Danvers, sin entender del todo cuál es cuál.

Los conflictos de la juventud contemporánea son enfrentados sin ningún miramiento en desordenadas aventuras que incluyen los siguientes temas:

  • Violación.
  • Abandono de los estudios.
  • Desafí­o a los padres.
  • Satanismo.
  • Sectas espirituales.
  • Búsqueda existencial.
  • Soledad y desolación.
  • Recurrentes relaciones con parejas psicóticas.
  • Venganzas.
  • Sexualidad.
  • Muchas muertes.

Vale la pena mencionar que la sexualidad y la muerte de civiles no hací­an parte de las historias de los superhéroes hasta hace pocos años.

Los principales poderes de Superniña, para enfrentar a Satanás y a otros demonios igualmente destructivos, actuales antagonistas, en lugar de los clásicos enemigos extraterrestres, son:

  • Escudos psicoquinéticos.
  • Posibilidad de metamorfosearse.
  • Vuelo.
  • Superfuerza.
  • Ropa que se transforma sola al cambiar de identidad.

En estos últimos años es evidente que no hay un equipo coherente detrás de las historietas. Cada página tiene un autor, un dibujante, un diagramador..., con sus créditos incluidos, y ninguno parece entender ni tratar de concluir el trabajo del otro. Hay mucho más interés por la creatividad gráfica que por hilar una narración. Serí­a interesante verificar si el mercado se mantiene tan fuerte como en otras décadas o si el superhéroe nacido de una sociedad empobrecida ha perdido vigencia en una sociedad floreciente económicamente, aunque en franca decadencia social.

Los otros

Los poderes de Superman y Superniña no son suficientes para mantener unas aventuras quincenales. Nuevos héroes se hicieron necesarios con el paso del tiempo. El deber de cada nuevo protagonista era el de mantener los valores morales de sus mayores, pero sin competir en los superpoderes. Tal vez el más importante de los héroes alternos es Batman.

Batman:

Identidad secreta: Bruno Dí­az. 
Compañero de aventuras: Ricardo Tapí­a, alias Robin.
Mayordomo y fiel auxiliar: Alfredo.
Centro de operaciones: Ciudad Gótica. 
ílter ego: Batichica, identidad secreta de Bárbara Fierro, hija del Comisario Fierro.

Batman, Robin y Batichica no cuentan con superpoderes. En cambio son extremadamente inteligentes, ponen la ciencia y la tecnologí­a a su servicio y, además, tiene ilimitados recursos económicos. Se entrenan fí­sicamente y desarrollan habilidades corporales por encima de lo normal. Su elasticidad es uno de sus mayores fortalezas. 

El móvil que propicia la creación de Batman es el asesinato de sus padres, millonarios que dejan al joven Bruno con una cuantiosa herencia en sus manos inexpertas. El deseo de venganza es el motor que lleva a Bruno a prepararse fí­sica e intelectualmente. Superman, su fiel amigo, le ayuda a dejar atrás el ánimo revanchista y a convertirse en un luchador por la justicia. Superman y Batman siempre rivalizarán a pesar de su estrecha amistad.

Batichica y Robin viven aventuras autónomas en ocasiones, como protagonistas de sus propias historietas.

Algunos de los superpersonajes más conocidos, surgidos a través de la historia para apoyar a los héroes originales, son:

  • Linterna Verde, alias Raúl Jordan.
  • Doctor Solar, el hombre atómico, sin identidad secreta.
  • El hombre araña.
  • Flash.
  • Aquaman.
  • La mujer maravilla.
  • Capitán América.
  • Flecha verde, alias Oliverio Reina.
  • El hombre elástico, alias Rafael Rivas.
  • Julio Jordán, el detective marciano.

Estos héroes varí­an en sus vestimentas, en sus herramientas y en sus entornos de actuación. Pero son iguales en los siguientes aspectos:

  • Luchan contra el mal.
  • Son protectores del universo.
  • Pueden transformarse.
  • Son vulnerables ante algún objeto o situación.
  • Responden a los llamados de los hombres en peligro.
  • Suelen tener algún objeto o talismán protector.
  • Son inteligentes y tienen altos códigos morales.
  • No producen bajas civiles.
  • Conviven con la comunidad.
  • Suelen tener parejas humanas.
  • Actúan bajo presión con plazos inminentes.
  • Utilizan puños y fuerza fí­sica o superpoder propio. No utilizan armas producidas por el hombre.

Como reflejo de los procesos sociales posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los superhéroes crean una entidad con sede en Metrópolis (evidentemente Nueva York), reproduciendo la estructura de las Naciones Unidas. Los diplomáticos encargados de atender la burocracia superheroica son sabios que dan consejos, juzgan y toman decisiones polí­ticas que los superhéroes deben obedecer pues son en bien de la humanidad.

Pequeños héroes

Divertidos superhéroes mucho más infantiles hacen parte del universo de las historietas. Al igual que en las aventuras para los más grandes, estas caricaturas tienen contenidos algo didácticos y moralizantes pues los protagonistas tienen la responsabilidad de mantener los valores de la clase media norteamericana.

Los más reconocidos superhéroes infantiles son:

  • Súper Ratón, que debe proteger a Ratolandia y a Quesolandia, y a Chelo su novia, de los malvados gatos que, por sus armas y actitudes parecen soldados nazis. Súper Ratón tiene poderes parecidos a los de Superman, pero no vive en la Tierra, sino en su planeta particular. No tiene identidad secreta ni oficio conocido.
  • La Hormiga Atómica usa un casco que le da la superfuerza y el poder de volar. Vive en una casa subterránea y su máximo despliegue de tecnologí­a es un televisor.
  • Los marcianitos Sam, Roli y el Capitán, los amigos de Tobi, el de la Pequeña Lulú, llegan en platillo volador, usan cinturones para transportarse velozmente y le dan a Tobi pí­ldoras reductoras para volverlo enano.
  • Los Magnos Héroes: El Pajarero, Gastón, El Marinero, Climático y Pañales. Estos son héroes menores que actúan en grupo cuando detectan algún riesgo para los habitantes de la Tierra. Tienen identidades secretas y viven como gente normal mientras no tienen que cumplir con misiones especiales.

¿Y del futuro qué?

Muchos son los héroes que durante el siglo XX poblaron las historietas americanas. Los nuevos héroes parecen nacer en Europa y, sobre todo, en Japón. Sus caracterí­sticas son diferentes. La perpetuación de los valores morales y la lucha por la justicia a ultranza ya no son los objetivos de los héroes contemporáneos. Los enemigos son mucho más peligrosos porque no vienen de otros mundos. Ahora los héroes deben enfrentarse a sus propios demonios interiores y a los peligros creados por el mismo hombre.

¿Quién podrá rescatarnos de nosotros mismos? Ni Superman ni ninguno de los fantásticos héroes que durante medio siglo se arriesgaron a defendernos tienen poderes suficientes. Tampoco conocen la tecnologí­a moderna y ni siquiera presienten a qué clase de monstruos están expuestos.
Por lo pronto solo resta esperar a que los nietos de alguno de los clásicos superhéroes descubra alguna fórmula mágica que nos permita ver una luz de esperanza en medio de un planeta desgarrado por el hambre y la guerra, igual a como ha sido desde el principio de la humanidad.