Ojo avizor

—Abuelo, ¿por qué nuestros guerreros se pintan la cara cuando van a luchar?
—Es una vieja costumbre cuyo origen se pierde en el tiempo.

En esta reedición de Los caras pintadas (texto publicado originalmente por Norma, en 2007), el escritor peruano Alberto Thieroldt, secundado por el artista plástico Marcelo Wong, cuenta a los niños de hoy una vieja leyenda que explica por qué los hombres de ciertas tribus aborí­genes de Norteamérica se pintaban sus rostros. Con un lenguaje sencillo, el relato recrea la respuesta fantástico-poética con que esos antiguos pueblos intentaban interpretar un hecho real que los afectaba: la carencia de agua, recurso natural clave para la vida de sus comunidades. La sequí­a permanente, al agotar las fuentes acuí­feras, obligaba a la tribu a desplazarse en búsqueda de territorios donde lloviera, exponiendo a sus integrantes a las visicitudes de un largo viaje. A los guerreros les tocaba conducir a su gente y enfrentarse a un enemigo de fuerza descomunal: la naturaleza.

Los dibujos de Marcelo Wong para este libro remiten a su quehacer escultórico: los personajes tienen la misma redondez que caracteriza a sus piezas y el paisaje es reproducido apelando a una amplia gama cromática, en la que predominan el amarillo, el rojo y el naranja para transmitir la sensación de calor y aridez. A la edición de esta obra le faltó indicar, de forma explí­cita, la procedencia geográfica del cuento, tarea que asumen las imágenes de Wong, que reproducen los tradicionales tipis y atuentos de los pueblos nativonorteamericanos.

Sociólogo y educador, Thieroldt (Lima, 1966) ha publicado para el público infantil tí­tulos como Juicio en el zoológico, Valentino y la mentira de Duque, La farsa y La Oleada. Escultor e ilustrador, Wong (Lima, 1978) es egresado de la Facultad de Artes de la Universidad Católica del Perú.