Ojo avizor

Mi abuelo el luchador, de Antonio Ramos Revilla, publicado por Ediciones El Naranjo, en México, es un libro que se adentra en uno de los elementos más pintorescos de la cultura popular de ese paí­s latinoamericano: el mundo de los peleadores profesionales que, con sus máscaras y trajes llamativos, y sus nombres excéntricos, tienen un público de seguidores grande y diverso.

En las páginas de este álbum, una niña, conjugando realidad e imaginación, va formándose una imagen sobredimensionada y casi fantástica de su abuelo Ignacio, quien fue uno de esos peleadores y que durante su carrera venció a muchos rivales peligrosos y muy temidos. Pero la narradora infantil nos cuenta también que, en su infancia, hubo una -pelea  que a Ignacio “su futuro abuelo “ le costó gran esfuerzo ganar y que, a la larga, resultó ser más importante que todos los triunfos obtenidos frente a adversarios más fuertes y corajudos, como el Doctor Landú, los cientí­ficos locos, los hombres lobo y los vampiros.

Un relato verbal mí­nimo que, desde el costumbrismo, el humor y la poesí­a, nos habla de la importancia del amor en la vida de los seres humanos y de la necesidad de enfrentarnos a nuestro propios miedos para salir adelante. La ilustraciones de Rosana Mesa Zamudio descansan en el trabajo del lápiz de grafito para crear las figuras y, luego, para darles textura y sombras. Con sus dibujos reproduce libremente el mundo de unos deportistas para quienes el vestuario y el histrionismo es fundamental en su desempeño. Las imágenes gráficas sustentan inteligentemente la perspectiva de la pequeña narradora, contribuyendo a que el lector infantil crea la anécdota y disfrute del libro.