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El túnel de cristal
María Gripe -
Bogotá, 2012
El túnel de cristal. María Gripe
El túnel de cristal, de la escritora sueca María Gripe, es uno de esos libros que pueden catalogarse como inolvidables. A través del diálogo interior de un adolescente que describe su propia crisis de identidad, nos vamos enterando de su vida y la de otros personajes, a quienes él va conociendo tras su desaparición. Porque esta historia comienza en un momento extremadamente crítico para el protagonista: el rompimiento con su familia y con lo que hasta ese instante había sido su vida. Por cierto, -Francisco (nombre que le pone la chica de quien se enamora) tiene toda una teoría que explica la diferencia entre lo que es huir o escapar y desaparecer. Lo cierto es que un hecho de tal trascendencia familiar, para el protagonista es solamente una consecuencia de cargar con el peso de ser diferente.
Francisco desaparece por la necesidad inmensa que tiene, a sus catorce años, de saber quién es. Está cansado de fingir para complacer a la familia. La figura del abuelo muerto lo persigue como algo negativo, puesto que el parecido entre ambos, es precisamente lo que lo hace peculiar y raro para sus padres y otros familiares.
El trazado psicológico del protagonista es magistral: repleto de las dudas por las que un adolescente transita no solo cuando intenta entenderse a sí mismo, sino en su afán de comunicarse con los demás. Es significativo que Francisco a veces se cuestiona con dureza su comportamiento y, por supuesto, también el de los otros, pero al mismo tiempo es muy tolerante, entiende los errores y acepta a sus pocos amigos tal como son.
Su relación con el viejo Trotamundos es maravillosa y, a mi modo de ver, simboliza esa conexión imprescindible entre la juventud y la vejez, ese intercambio de vitalidad y sabiduría que tanto enriquece a unos y a otros. Es quizás la misma que hubiera podido tener con su abuelo, a quien nunca conoció.
Finalmente, la llegada de Tessi a la vida del protagonista es una pincelada lírica que ilumina tanta incertidumbre a su alrededor.
Una distinción de esta novela, y un sello indiscutible de la Gripe, es que a pesar de ser completamente realista están presentes la magia y el misterio que conviven en la vida cotidiana y que pocas veces nos detenemos a desentrañar.
El túnel de cristal es una novela crítica a la autoridad familiar, a la poca aceptación de lo diferente, a lo establecido por la tradición, las costumbres familiares y sociales cuando se convierten en una limitante y no en una base para crecer y volar. Pero, vale aclarar, que el cuestionamiento está hecho con la sutileza y la elegancia de una maestra de las letras.
Sin dudas, es un libro que se puede releer con la certeza de que es una incursión en un túnel de fino cristal, en el cual se descubre siempre un matiz nuevo, un detalle de exquisitez literaria que deja al lector, adolescente o adulto, con la sensación de que su tiempo con "Francisco" ha sido empleado a plenitud.