Ojo avizor

Con Amos Oz y su Bicicleta de Sumji inicié un viaje de retorno a mi infancia y reviví­ ciertos hechos que hasta entonces se me hací­a difí­cil describir. Me sorprendió que en un libro para niños alguien pudiese relatar de manera tan delicada sentimientos tan intensos. ¿Cómo te enamoras cuando tienes 11 años , con las manos limpias y puro el corazón ? A veces lo redescubrimos en plena madurez.

Amos Oz nos regala una novela de años no tan lejanos, cuando aún tení­amos tiempo de pensar en el objeto de nuestro amor, donde enloquecí­a el corazón preadolescente repitiendo en voz baja y escribiendo en el agua su nombre una y mil veces.

Con la ayuda de objetos cotidianos que adquieren un valor épico gracias a la imaginación, Sumji y Esti sobreviven en medio de las dudas y las precariedades de antaño: una vieja bicicleta que les lleva por todo el mundo, un sacapuntas que se entrega como ofrenda de amor... Al final, está bien lo que bien acaba. Comprobamos que aunque todo cambia, -el amor está ahí­, todo el tiempo .