Selma

Selma. Jutta Bauer

En la Grecia de los tiempos antiguos, Aristóteles definió la felicidad como el libre ejercicio de la mente. Unos siglos más tarde, Goethe trató de convencer a sus contemporáneos de que la felicidad no es hacer lo que nos gusta, sino que nos guste lo que hacemos, lo que convierte la vida en una bendición.

Puesta a elegir entre esas dos concepciones de la felicidad, me inclino a creer que la heroí­na de este original libro de la alemana Jutta Bauer optarí­a por la de Goethe. Y es que Selma, la oveja, está increí­blemente dichosa en un mundo en el que nadie parece satisfecho con lo que tiene.

Bauer concibió este álbum de diminuto formato como una parábola que el Sabio Gran Carnero narra a un perro empeñado en hallar respuesta para una compleja pregunta que casi todos, alguna vez, nos hemos hecho: ¿qué es la felicidad?

La oveja Selma come hierba temprano en las mañanas, luego enseña a hablar a sus hijos hasta el mediodí­a, después hace "gimnasia", más tarde come más hierba, al anochecer conversa con su amiga la señora Buitráguez y por último se queda plácidamente dormida. Cuando la entrevistan para saber qué harí­a si tuviera más tiempo o si se ganara la loterí­a, Selma enumera, con complacencia, sus actividades rutinarias... Ella no tiene que romperse la cabeza para saber qué es la felicidad.

Calificado como "un encantador antí­doto contra el clamor del consumismo" (una posible lectura, que no excluye otras), este álbum minimalista y casi "zen" invita a valorar los pequeños goces de la vida. Una lección de filosofí­a apta para todas las edades.

 

 

Sergio Andricaí­n