Ojo avizor

Hay cosas cotidianas que damos por sentado. Y es que muchas veces el ritmo vertiginoso del día a día no nos permite detenernos a disfrutar o agradecer los pequeños rituales cotidianos. Un abrir los ojos, un café, un atardecer, un árbol despertándose en la mañana, el sol bostezando al final de la tarde, un abrazo. Un saludo. 

¿Cuántas veces decimos esas palabras en automático? ¿Cuántas veces nos detenemos a responder con sinceridad a esa pregunta diaria?

El libro de los saludos es un baúl de curiosidades y conocimientos, un libro escrito por la italiana Arianna Squilloni y publicado por la editorial A buen paso. Abrimos este tesoro y encontramos un montón de posibilidades para aproximarnos al otro, dependiendo del lugar del mundo donde estén pisando nuestros pies. Y eso es lo que vuelve esta publicación del 2020 un hallazgo maravilloso, la posibilidad de re[conocernos] en el otro a través de un acto tan ancestral como el saludo. 

El saludo no debe quedar reducido a una transacción. Saludamos con nuestra voz, con nuestras manos, con nuestra mirada, con nuestra boca, nuestras cejas y también la nariz. Saludamos con nuestro cuerpo todo. No importa cuál sea ese protocolo ni cuán distintos nos veamos unos de otros. 

Y ese regalo de la representación y la visibilidad es otra apuesta de este libro, ilustrado con ingenio y humor por la española Olga Capdevila. Viajamos por el mundo a través de sus trazos y colores y somos capaces de reconocernos en cada una de esas tradiciones. 

Después de todo, el ser humano necesita relacionarse: es un ser social. Y honrar esas distintas maneras que tenemos para enunciar un saludo es entender verdaderamente el poder que tiene el encuentro con el otro, sin importar el idioma en el que digamos hola o la palabra que utilicemos para decir goodbye.