João

João. Paloma González Rubio

A primera vista, podría decirse que esta es una historia sobre gente marginal, aunque muestra una faceta muy diferente del tipo de marginalidad que vemos o que retratan la mayoría de las novelas. 

Miguel, al que apodan Chinche, y su hermana Inés, viven una existencia anodina junto a su madre Carmen. Pero sus vidas cambian cuando entran en contacto con João y su madre Belem, quienes viven en una embarcación. No se trata de una de esas plataformas flotantes que descansan ancladas junto a un muelle, sino de un verdadero barco. Solo de vez en cuando desembarcan en tierra durante tres o cuatro días para aprovisionarse. Ambos cuentan con una red secreta de amigos con los que intercambian provisiones o les abastecen de agua dulce, frutas y otros víveres que el mar no puede proveerles. 

Aunque nunca ha asistido a la escuela, João es un chico despierto que estudia guiado por su madre, habla varios idiomas y tiene un conocimiento extraordinario sobre todo cuanto atañe al océano, la tecnología para comunicarse en alta mar y las mañas para sobrevivir a la peor tormenta. Poco a poco, el lector irá conociendo las razones por las cuales estos dos seres solitarios intentan pasar inadvertidos. 

Para Miguel y su hermana Inés, el encuentro altera sus propios valores y perspectivas sobre sus modos de vida. Por ejemplo, cuando Miguel lleva a João a ver su escuela desde afuera, este no puede entender por qué el edificio parece una jaula gigante, rodeada por una cerca enorme. Chinche trata de explicarle que eso es para que nadie se escape de clases, lo cual hace pensar a João que los niños asisten obligados porque no les gusta aprender. 

Los encuentros que João tiene con los amigos de Miguel y de Inés también serán motivo de reflexión para el muchacho, que no comprende los códigos del contacto social entre jóvenes. 

La novela muestra las ventajas y desventajas de dos formas de educación diferentes: la convencional y la alternativa o selectiva en el hogar. Es interesante también su comparación entre la vida social de los adolescentes que suelen desarrollarse en grupos y la de un chico cuya madre dedica todo su tiempo a educarlo.

Esta es una novela de personajes. Cada uno es casi un arquetipo, con lo cual quiero decir que han sido estupendamente trazados desde el punto de vista psicológico. La autora trabaja muy bien las emociones, dando al lector la posibilidad de identificarse y comprender las acciones de los personajes más disímiles e incluso opuestos con igual eficacia. Y aunque João no es una novela larga, la intensidad de sus protagonistas basta para que nos identifiquemos de manera dolorosa con todos ellos, convirtiéndola en una obra conmovedora con un final que nadie pudo haber previsto y que termina siendo un canto a la amistad, la camaradería y el poder del amor.
Daí­na Chaviano