Antonio Orlando Rodríguez y Sergio Andricaín: El milagro de la persistencia

Antonio Orlando Rodríguez y Sergio Andricaín, Fundación Cuatrogatos, Miami, Estados Unidos.

Por Arturo-Arias Polo.                                                                                                               Foto: C.M. Guerrero.                                                                                                 Publicado en el periódico El Nuevo Herald.

La labor de Antonio Orlando Rodríguez y Sergio Andricaín desmiente la afirmación de que Miami es la tumba de los escritores hispanohablantes.

Desde 1999, año en que estos escritores cubanos se establecieron en la ciudad, tanto uno como otro se abrieron paso en el difícil mercado literario de Estados Unidos y en varios países latinoamericanos.

En los últimos lustros su obra circula por Estados Unidos, España, México, Argentina, Chile, Uruguay, Guatemala, Brasil, Ecuador y Colombia, donde ahora la Feria Internacional del Libro de Bogotá está presentando un nuevo libro de Rodríguez, Fiesta en el zoológico (Panamericana Editorial), y dos de Andricaín, Había otra vez. Historias de siempre vueltas a contar (Alfaguara) y Cuando sea grande (Panamericana Editorial).

“Vivir de la literatura en Miami es muy difícil para los escritores hispanos porque estamos en Estados Unidos y trabajamos con el idioma español. Pero en cualquier parte del mundo vivir de la literatura es algo que si no es un milagro, se le parece bastante”, dijo Rodríguez, Premio Alfaguara 2008 por la novela Chiquita, escrita en Miami, quien salió de Cuba con su colega en 1991.

Para Andricaín, la aseveración de que en Miami finaliza la carrera de un escritor forma parte de “la leyenda negra” que arrastra la ciudad.

“Lo cierto es que aquí viven y escriben autores de reconocido prestigio, como Daína Chaviano y Carlos Alberto Montaner, por mencionar a algunos, quienes publican sus obras con editoriales de distintos países”, añadió el escritor, que al referirse al estado actual de la literatura para niños aseguró que está en un momento estimulante porque entre muchos autores “existe la voluntad de explorar creativamente una gran riqueza de temas, que van del mundo interior a los problemas sociales más álgidos”.

Pese a la buena racha del género Rodríguez señaló que uno de sus puntos débiles es, paradójicamente, la gran cantidad de títulos nuevos que aparecen cada año, cuya selección adolece con frecuencia de falta rigor a la hora de escoger lo que se publica.

“Las grandes editoriales suelen publicar libros en español guiándose por estereotipos”, señaló el escritor, tras asegurar que en muchos casos se espera que los autores latinos escriban con un marcado carácter “étnico”. Un hecho que, según Andricaín, obliga a que algunos de los mejores autores que escriben en español y viven en Estados Unidos, procuren hacerlo en el extranjero “pues aquí las editoriales no les dan cabida”.

Sobre su relación con Colombia adonde llegaron en 1994, tras residir tres años en Costa Rica, los escritores, nacidos, en 1956, recordaron que durante los seis años que residieron en Bogotá trabajaron en numerosas instituciones relacionadas con el mundo del libro y el fomento de la lectura.

En marzo la dupla impartió una conferencia sobre la presencia en internet de la literatura infantil y juvenil en el II Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil de Bogotá, CILELIJ 2013. Luego, Rodríguez viajó a Medellín para participar en un seminario con motivo del vigésimo aniversario del Departamento de Fomento de la Lectura de Comfenalco. Poco antes dirigió un taller para escritores de literatura infantil en el Centro Cultural Español de El Salvador y sostuvo un encuentro con niños y promotores de lectura del centro comunitario El Trapiche.

Por su parte, en mayo Andricaín impartirá charlas y talleres en la III Jornada Internacional de Literatura Infantil, en Argentina y Chile, tal como lo hizo en varias ciudades argentinas en el 2012.

En ese mismo mes Rodríguez participará en LéeLA, la feria del libro en español de Los Angeles, donde presentará La vuelta al mundo en cinco cuentos (Panamericana Editorial / Lectorum), una colección de cinco tomos realizada con su colega en la que realizaron una adaptación de leyendas y cuentos populares de todos los continentes, y Cuento del sinsonte olvidadizo (El Naranjo).

Entretanto, el autor de Chiquita y Aprendices de brujo (Harper Collins) trabaja en una nueva novela para adultos “de cocción lenta”, ambientada en el pasado.

“Sigo escribiendo tanto para niños como para adultos. Lo que sucede es que un cuento infantil de cuatro páginas de texto toma menos tiempo que una novela de 400”, explicó Rodríguez, que no hace mucho concluyó un guión para una película de Hollywood junto con la escritora cubana Chely Lima así como “algunas investigaciones literarias por encargo”.

La Fundación Cuatrogatos (www.cuatrogatos.org) es otra prioridad de los escritores desde que la crearon en el año 2000 como un portal de internet dedicado a la difusión y el estudio de los libros en español para niños. A partir del 2012 la entidad desarrolla proyectos educativos y culturales, con énfasis en el público infantil y juvenil.

“Una de las actividades permanentes de la Fundación es el club Niños, libros, lectura, que realizamos el tercer jueves de cada mes, en la librería Barnes & Noble, de Kendall”, destacó Andricaín, su director, al tiempo que anunció la preparación de un libro de reseñas de 50 obras para niños y jóvenes publicadas por escritores latinos de Estados Unidos, en colaboración con el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil, de la Universidad de Castilla-La Mancha, España.

“Es un proyecto que nos entusiasma, porque la labor de los autores hispanos dentro de este género literario ha sido muy poco estudiada y divulgada”, dijo el autor.

Rodríguez y Andricaín colaboran juntos desde hace 25 años. Recientemente escribieron el capítulo dedicado a Cuba en Hitos de la literatura infantil y juvenil iberoamericana (Fundación SM, España).

“Nuestro trabajo requiere mucho intercambio, comunicación permanente y receptividad a los aportes y las críticas de cada uno”, subrayó Rodríguez. “Pero lo más importante es que los dos sentimos igual interés por la literatura, las artes plásticas, el cine, el teatro y el arte dirigido a los niños como una manera de influir en el mejoramiento humano y social”.

12 pensamientos en “Antonio Orlando Rodríguez y Sergio Andricaín: El milagro de la persistencia

  1. Hace muchos años que escribo para los niños, diría que esta es mi vocación. Por eso me interesan las opiniones sobre la LIJ y todo lo que hacen por difundirla, lo mismo que la crítica, necesaria para distinguir entre buena y mala literatura para niños. En Chile, mi país nos se considera propiamente a la LIJ, se la tiene por una literatura inferior, que no merece premios del gobierno. Hasta hoy, sólo se han premiado a Papepelucua de Marcela Paz y a Hernán del Solar, no por sus libros, sino por su crítica literaria. Alicia morel

  2. Conozco y admiro desde el principio la obra de Antonio y sigo con interés la de Sergio, que antes se limitaba a la investigación y promoción y ahora es también un inspirado creador. La última vez que nos vimos fue en Colombia, en el Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (CILELIJ) donde ambos nos ilustraron con su interesante reflexión sobre la LIJ en la Web. Yo presenté una comunicación en torno a los compromisos de la literatura infantil donde, precisamente abordo algunos de esos problemas comentados por Antonio: la excesiva publicación de libros inmaduros, cuando no francamente inútiles y/o sometidos a manipulaciones extraliterarias, en particular vinculadas con las tareas educativas que más corresponden a la escuela o a los medios de comunicación. Efectivamente, los autores que nos apartamos de lo étnico que se espera de nosotros lo tenemos a veces difícil… aunque no siempre: yo tengo una amplia bibliografía en varios países que no habla de Cuba ni “en cubano”, pero en Francia lo que mejor ha funcionado de mi trabajo es aquello que refleja a Cuba. En fin que ni saliendo al universo es simple eso de ser universal.

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